Episodio 23

94 13 0
                                    

El día concluyó con ambos durmiendo juntos en la habitación del castaño, Eric abrazaba a su judío mientras que este se acurrucaba en su pecho y dormía cómodamente. Y a pesar de que Kyle no lo dijo con palabras ese día le quedó clara una cosa: le gustaba mucho tener a Eric solamente para él y no compartirlo con nadie.


Los constantes golpes ligeros en la puerta de Eric los despertaron a la mañana siguiente y en vista de que este no pensaba levantarse para abrir la puerta fué Kyle quien lo hizo, cosa que no fué buena idea...


- ¡¿Kyle?! - de un segundo a otro la expresión en el rostro de Heidi cambió de emocionada a molesta y sin pensarlo lo empujó bruscamente - ¡¿qué carajo haces en la habitación de mi prometido?!

- ¡No es lo que piensas!


Kyle trató de defenderse pero lo único que conseguía era encender más la furia de la chica. Para su fortuna Eric se despertó por el rudio y en cuanto se levantó la apartó pidiéndole que se tranquilice, cosa que la hizo enojar más.


- Kyle sólo estaba aquí para darme mi agenda de hoy - el castaño hablaba con voz calmada y seria, sin siquiera mirar a su prometida - no es nada de lo que crees.

- ¡¿Me crees estúpida?! - Heidi respondió - ¡literalmente lo descubrí en tu habitación a solas contigo! ¡¿qué carajo querías que piense?!

- Eso es lo que pasó, si no quieres creerme entonces es problema tuyo.


Sin decir más Eric ayudó a Kyle a levantarse y se lo llevó con él ignorando los gritos y reclamos de la chica. Fué inevitable para Kyle sentirse hasta cierto punto culpable pero tampoco podía evitar sentirse atraído por su jefe, el hombre que sin querer puso su mundo de cabeza y cambió su vida.

"El final de esto es obvio y sé no está bien" pensaba pero al parecer su corazón no estaba dispuesto a ceder y sin que él pudiera hacer algo continuaba poniéndose nervioso en su presencia, Eric sabía perfectamente esto y no dudaba en aprovechar esto para su propio beneficio. Quizás a él no le importaba su prometida así como a él no le importaba involucrarse con alguien comprometido y eso era lo que le gustaba al otro, aunque esto terminaría resultando contraproducente.


Con el pasar de los meses Heidi se volvía más celosa y parecía tenerle cierto odio a Kyle, pues no se le acercaba ni hablaba con él más que para asuntos acerca de la planeación de la boda, además de llevarse a Eric siempre que podía sin importar si Kyle estaba presente y aprovechándose de que Eric no podía quejarse al tratarse de su futura esposa, incluso lo abrazaba y besaba delante suyo y aunque el judío tuviera que disimular por dentro sentía como si fuera una apuñalada en el corazón. Era tan triste ver que Eric se alejaba con ella cuando estaba a su lado pero después Kyle se dió cuenta de que la culpa era suya. Sabía que Eric era un problema, lo sabía desde que eran adolescentes y lo sabía cuándo volvieron a reencontrarse y se supone que eso era suficiente para decirse a si mismo "no te enamores" pero al parecer su corazón se mandaba solo y hacía lo que que le daba la gana... Además, el castaño tenía ese poder de hacerlo tocar las estrellas con cada beso o caricia, con cada mirada y palabra que salía de su boca... Así era inevitable no enamorarse.



La cuenta regresiva para la boda comenzaba y se sentía. Durante ese lapso de tiempo a Kyle comenzaban a llegarle bastantes regalos costosos por parte de Eric, extraño porque de un día para otro el castaño parecía no querer besarlo ni tener intimidad con él, incluso cuando estaba su prometida el ambiente se sentía aún más tenso. Lo peor es que el corazón del pelirrojo aún se aferraba a Eric y quería de algún modo buscar una solución a esto aunque su sentido de la razón le dijera que se diera por vencido y que esa relación ya estaba perdida desde un inicio, que un potencial romance entre ellos sólo existiría en sus sueños más salvajes... O al menos eso era lo que creía hasta esa tarde, justamente un día antes de la boda...




























Don't say yes! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora