Episodio 7

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- ¿No te lo dijo? Soy su prometida...

Al escuchar esto Kyle se quedó helado y sintió una extraña sensación en el pecho, como si hubieran dado un golpe directo a su corazón. Aún cuando Heidi se fué él se quedó mirando hacia la nada pensando en lo que acababa de escuchar, no fué hasta que la voz de Eric llamándolo por su nombre y el sentir que este lo tomaba por la muñeca para llevárselo con él cuando salió del trance.


El castaño lo llevó junto con él, siguieron caminando y se detuvieron frente a una puerta blanca que al abrirla se podía ver un lindo jardín en el que las rosas rojas y las gardenias eran su principal atractivo. Casi en la entrada y bajo la sombra de un roble había una pequeña mesita cubierta con mantel blanco, dos sillas del mismo color colocadas una frente a la otra, una tetera y dos tacitas de té con plato de porcelana encima de la mesa.


- ¿Que es todo esto? - preguntó Kyle sin quitarle la vista de encima al bonito lugar y sus alrededores.

- Es mi jardín. Vengo aquí de vez en cuando a tomar el té o beber un buen vino, pero esta vez quería que tú seas mi invitado.

Los latidos del corazón de Kyle comenzaron a acelerarse y sus ojos volvieron a posarse sobre el rostro de su jefe. Después de lo que había escuchado se quedó pensando en que era un poco extraño que quisiera dedicarle un tiempo a él y no a la que se supone sería su mujer en un futuro.

- ¿Qué te pasa? - Eric preguntó al no obtener respuesta por parte de su asistente.

- No sé, creí que harías esta clase de cosas con ella porque...

- ¿Quieres tomar el té conmigo sí o no?


Kyle lo miró una vez más y aceptó. Tomó asiento delante del castaño y sirvió un poco de té en ambas tazas.

- Quiero el mío con dos de azúcar - Eric ordenó mirando al contrario a los ojos, Kyle no dijo nada y sólo siguió la orden- ¿tú no le pondrás azúcar al tuyo?

- No. Me gusta beberlo así.

- Eres raro - Eric rió - pero no me sorprende, desde siempre has sido así, ni siquiera te dabas el tiempo de socializar y siempre estabas solo.

El pelirrojo decidió ya no respondier más a las estupideces que decía su jefe, no quería perder el trabajo así que sólo decidió ignorarlo.

Mientras ellos bebían aquel delicioso té negro Eric le preguntó a su asistente sobre su vida después de que él se fué de la escuela, pretendiendo que no le había dicho nada esa última vez que se vieron. Kyle también pretendió que no le importó esa última conversación que tuvieron y comenzó a contar como había sido su vida después de ese día, omitiendo los detalles sobre sus extraños sentimientos y la confusión que le provocaron aquellas palabras y la frustración que sentía al no verlo más. Mientras el pelirrojo hablaba Eric lo miraba a los ojos tratando de hacerlo sentir nervioso, cosa que sí estaba logrando pero Kyle prefería disimular.


Estando ya por terminarse el té Eric sacó de la caja el pequeño pastel de red velvet perfectamente decorado con betún blanco y se dispuso a probar el primer bocado cuando volvió la mirada hacia Kyle, sonrió y acercó el cubierto con pastel hacia él.

- ¿Quieres probar Kahl? Está muy bueno - fué inevitable reír para el chico de mirada bicolor al ver al pelirrojo sonrojarse por su acción - ¿qué te pasa? ¿no quieres?

- D - deja de hacer eso - Kyle apartó la mirada - si quiero probar pero no así.

- No aceptaré esa respuesta, judío. Si quieres probar tendrá que ser así, si no entonces te jodes.

El judío pensaba mandar al carajo a su jefe y quedarse sin probar el bizcocho... Pero se veía tan apetecible y bueno que era difícil decir que no, más cuando Eric lo comía delante suyo saboreando cada bocado. No pudo resistir más y terminó accediendo a que Eric lo alimentara. Este sonrió de forma victoriosa al poder cumplir con su capricho.


Kyle disfrutaba del sabor del bizcocho y Eric secretamente disfrutaba de alimentar al chico que tenía delante (aunque no iba a admitirlo) cuando una voz femenina interrumpió el momento entre ambos.






















































































































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