32. Klaus

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Sasha

Moví mis manos torpemente mientras estiraba mis piernas y las sacudía para evitar la molesta sensación del tipico "se me durmió la pierna" con los terribles piquetes que me invadían cada lugar. Siempre pensé que eran hormigas que recorrían mi pierna hasta que decidían dejar de molestar.

Ya había pasado más de media hora y estos chicos aun no salian del salón.

Al principio había escuchado varios gritos pero habían saciado hace varios minutos. Y había decidido no asomarme para mantener mi conciencia limpia solo por si algunas cosas indebidas pasaban ahí adentro.

Pero mi culo ya dolía al estar tanto tiempo sobre el duro y jodido suelo y sin volver a mencionar que mis piernas habían decidido dormirse.

Escuché la puerta del salón abrierse y alcé la vista, miré a TN y a Aidan tomados de la mano y mirándose sonrientes.

Hice baile de felicidad internamente y de un brinco me paré olvidando por completo la molestia en mis piernas.

- ¡Si! ¡Si! - chillé mientras daba pequeños saltos como niña pequeña -. Creí que tu terminarías con un ojo morado y TN con agua en los ojos. Pero veo que se arreglaron.

- Tu tenías razón, Sasha. Necesito de ella - Aidan miró a TN que posaba a un lado de él -. Y hubiera sido un error si no me hubieras obligado a venir.

TN sonrió y se estrechó más contra su chico.

- Siempre tengo la razón - dije con superioridad -. No podía permitir que ustedes dos se separaran, no después de todo lo que les costó estar juntos de nuevo.

- Te lo agradezco - sonrió mi amiga.

- Agradecemelo con un masaje, estar sentada ahí más de media hora trajo consecuencias - toqué mis espalda e hice una mueca.

- Tu quisiste esperar ahí, no es mi culpa.

- Pero lo harás porque gracias a mi ahora no estás llorando envuelta en las cobijas escuchando a Taylor swift o a Olivia Rodrigo - la señalé severa.

- Tu ganas, te daré un masaje en tu espalda - cedió por fin.

Sonreí victoriosa.

- Yo igual te agradezco, Sash. Pero yo no te daré masaje - aclaró rapidamente Aidan.

- Igual no quería, tus manos de seguro son rasposas y secas - hice una mueca.

- No lo son - confesó TN.

- No quería esa información.

Aidan y TN rieron por mi cara de amargura.

- Olvidando todo esto, estuve pensando en las vacaciones de invierno y viendo que ya todo está arreglado, ¿qué haremos? - cuestioné.

- No lo sé, ¿qué tienes en mente?

- Una cena. Suena muy aburrido pero quería hacerlo, una pequeña cena donde solo estemos nosotros - sonreí perdida en la imagen -. Podemos darnos regalos y cantar canciones, bailar y tomar.

Juntos en esta realidad [PARTE 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora