34. La promesa

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TN Lowell

06-enero-2023

- ¡Hola! - exclamé en cuanto entré a la habitación -. Estaba de paso y decidí venir, ¿no te molesto, verdad?

Aidan dejó de hacer lo que estaba haciendo y se giró para mirarme con una sonrisa y una mirada divertida.

- Tu nunca me molestarías, curiosa - habló un poco adormilado y llegué hasta él, estaba sentado en la silla frente a su escritorio usando todavía su pijama -. Me alegra que estés aquí.

- Sé que es un poco temprano, pero de verdad quería verte, hace días no nos veíamos - aclaré y tomé asiento sobre su regazo con mis piernas de su lado derecho de la cadera, la mano de Aidan tomó mi cintura y me miró a los ojos -. Creí que estarías dormido, ¿qué estás haciendo?

- Nada importante, olvídalo - hizo el ademán de ocultar los papeles que reposaban sobre su escritorio pero la acción murió cuando yo lo detuve -. Cariño, no es nada importante.

- Solo quiero ver.

- En serio, no es nada relevante.

- Aidan, solo quiero ver - reí poco y comencé a leer los papeles que Aidan trataba de ocultar.

Mi vista viajó y leyó cada palabra que contenía la hoja, y todo iba bien, demasiado bien.

Era una beca para una escuela de música y fotografía, una beca que contenía el nombre de Aidan. Miré a mi chico emocionada.

- TN...

- Es genial - lo corté -. ¿Cuando inicias?

- En un mes empieza el curso - contestó, pero había algo en su voz, algo que no era felicidad.

La vista de Aidan no dejaba el papel, así que volví a leer la hoja y retiré la primera página para poder leer la segunda hoja.

Sentí mi corazón detenerse.

El curso no era en Seattle. Era en Suiza.

Y en la parte inferior de la hoja una gran frase brillaba con tinta roja.

"SOLICITUD ACEPTADA"


Me puse de pie y caminé sin hacer ningún ruido hasta llegar a la cama, tomé asiento y esperé.... La verdad no sabía que esperaba, tal vez unas palabras de Aidan explicando todo esto.

- ¿Te irás? - pregunté sin mirarlo, con mi vista puesta en mis manos.

- No tenías que saberlo.

Lo miré.

- ¿Entonces solo te ibas a ir y me ibas a dejar? - reclamé.

- Iba a dejarte una carta.

- ¿Una carta? - cuestioné enojada -. ¿Te ibas a ir a mil kilómetros de distancia y solo ibas a dejar una maldita carta?

- No me refería...

- ¿Cuando hiciste la solicitud? - pregunté y lo interrumpí.

- La noche que pasó lo de Patrik - contestó -. Estaba confundido y no sabía lo que hacía, entonces los papeles con la solicitud estaban en mi escritorio y comencé a llenarlos. Creí que no me aceptarían, por eso lo hice.

- ¿Lo hiciste por enojo?

- Nunca estuve enojado, solo confundido. No sabía que estaba haciendo. Pero esto es una gran oportunidad para mí musica, para mis fotografías - debatió y se acercó a mi.

Juntos en esta realidad [PARTE 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora