26. Una visión más

226 30 4
                                    

Maraton 5/5

Tn Lowell

2 mes después

Todo era negro.

Mi vista no lograba ver nada y mi respiración se agitaba más con cada segundo que pasaba. Caminé sin sentido y de pronto se escuchó una voz en eco.

Era una voz masculina y sabía perfectamente de quién se trataba. Demasiadas veces había escuchado su voz que era difícil de olvidar.

No sabía de dónde provenía la voz, pero poco a poco se escuchaba más clara y más cerca.

- Quédate conmigo. No me abandones - sonó su voz a lo lejos.

Ví una gran figura a lo lejos y me acerqué a paso rápido. Pude observar a un chico en el suelo, sus manos tomaban un cuerpo y un chico más se unia a la escena.

- Cinco.... No hay pulso - confesó el chico a un lado de ellos.

Fruncí el ceño y por fin comprendí quién eran esas personas. Cinco era aquel que sostenia un cuerpo entre sus brazos. Un dolor en mi pecho se hizo presente con tan solo observarlo y mi respiración no paraba de agitarse.

- ¿Qué? Si hay, lo sentí - llevó dos dedos a los costados de su cuello y buscó el pulso -. No, no, no. Tu estas bien, estás viva. Abre los ojos por favor, déjame ver una última vez tu sonrisa, por favor.

Dí un paso más cerca y pude contemplar mejor a las personas.

- Dijiste que volverias. Me lo prometiste - Cinco agregó después de varios segundos.

Acarició su cabello y entrelazó su mano con la de ella, la llevó hasta sus labios y depositó un casto beso sobre su dorso.

- Quédate conmigo - pidió entre el llanto.

- Cinco, se ha ido - el chico rubio habló a su lado.

- Vuelve por favor - Ignoró sus palabras y siguió mirando a aquella chica.

- ¡Cinco está muerta! - gritó su hermano.

- ¡Cállate! Lo sé, ya lo sé - relajó la voz -. Pero aun siento su calor.

Y todo volvió a ser negro. Ya no había más que solo oscuridad. Varios minutos tuvieron que pasar para que su voz volviera a sonar, pero esta vez no podía ver nada.

- Vuelve, aún te necesito. Aguarda, aún te quiero. Prometo amarte toda la vida - pedía en un susurro aquel chico.

Dí varios pasos torpes y su voz sonó una vez más.

- Ni siquiera me pude despedir.

- Eres hermosa, Ocho. Y mi amor por ti no acabará aquí, lo prometo. Mi corazón siempre te seguirá por mi.

Sus palabras resonaron una y otra y otra vez en mi mente. Ocho, esa chica era Ocho. Y aquel chico era Cinco.

Acaso había sido el día de...

Juntos en esta realidad [PARTE 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora