25. Tu y yo

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Maratón 4/5

Tn Lowell

La puerta se abrió haciendo que ambos volviéramos la vista hacia aquella dirección, mi padre estaba de pie junto al lumbral y nos miraba con aquella mirada dura que solía usar en todas sus juntas. Solté las manos de Aidan al instante y al mismo tiempo ambos nos alejamos.

Mi padre se acercó y sonreí como toda una angelita, su mirada se relajo por poco tiempo, solo un poco al notar mi gesto.

Me puse de pie inmediatamente y Aidan copió mi acción, me dí cuenta que Aidan y mi padre eran casi de la misma estatura, solo por unos centímetros en los que mi padre lo rebasaba.

- Un gusto conocerlo, señor Lowell - le tendió su mano, cordialmente -. Soy Aidan, amigo de TN.

- El gusto es mío, Aidan - mi padre le estrechó la mano -. Sé muy bien quien eres, TN suele hablar de ti.

Aidan me miró de reojo y yo me mantuve inmóvil, evitando sus ojos.

- ¿Qué haces aquí? Creí que estarías ocupado como la mayoría del tiempo - dije acusadora mirando a papá.

- Tendré la tarde libre, así que decidí venir y pasarla en casa - hundió las manos en las bolsas de su traje -. ¿Qué hacían?

- Leíamos - mentí. Papá no sabía nada acerca de mis sueños, nunca se lo dije y le había prohibido a mamá contárselo.

- Debió ser triste.

- ¿Por qué lo dices?

- Porque estás llorando - señaló la lágrima que empezaba a rodar por mi mejilla.

La limpié rápidamente y reí sonando más loca.

- Demasiado, hablaba de un perrito. Sabes lo sensible que soy con esos temas - seguí mintiendo.

Papá frunció el ceño y me miró sin creerme un carajo. Dejó de mirarme y posó su vista en Aidan.

- ¿Te quedarás a comer, muchacho?

- Amm... De hecho.

- Quédate, me lo debes - dije recordando la vez que yo comí con su familia.

- Sería un placer - cedió con una sonrisa.

- Muy bien, bajen en cinco minutos - papá se alejó y cerró la puerta detrás de sí.

Escuché como Aidan soltó un suspiro y después me miró divertido. No entendía nada así que golpeé levemente su hombro.

- ¿Por qué me miras así?

- ¿Hablas de mi con tu padre?

Ah, era eso.

- Bueno... Cuando salimos él pregunta con quién y tengo que decirle. Tampoco te creas la obtava maravilla, extraño - palmee su hombro un poco nerviosa.

- Haré como qué te creo.

Me encogí de hombros.

- Tenías algo que decirme, ¿qué era? - me recordó nuestra plática de hace unos momentos.

Entonces lo recordé. Tenía que decirle, aclararle que yo ya no amaba a Patrik como el lo pensaba. No supe cómo decirlo, tenía miedo de estropearlo al momento que comenzara a hablar. Así que me balancee en mis pies.

Talón, punta, talón, punta.

Me relamí los labios y volví a mirar a Aidan. Muy bien, era ahora o en unos días.

Juntos en esta realidad [PARTE 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora