8. Ojalá se repita

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Tn Lowell

Estábamos callados, ambos hundidos en un silencio sepulcral mientras que de fondo sonaba la canción "just the two of us". Siempre que escuchaba esa melodía me transportaba a un mundo diferente, desde la primera vez que la escuché lo sentía. Cómo si estuviera una realidad diferente.

Miré de reojo a Aidan y observé cómo sus dedos se movían al compás de la canción mientras movía la cabeza lentamente con una sonrisa en sus labios. Era una bonita vista.

Dejé de mirarlo cuando notó que mi mirada estaba puesta en él. Tragué saliva nerviosa y apreté el volante, sintiendo mi piel erizarse.

Durante todo el camino que llevábamos, había pensado las cosas. Antes de irnos del jardín, había recibido un mensaje de Patrik diciendo que me esperaría en mi casa para platicar, pero que solo tenía pocos minutos.

Pero pensándolo mejor. Creo que no vale la pena luchar por alguien que no está dispuesto a luchar por mi. Sé perfectamente lo que merezco, y no es exactamente unas migajas de atención.

Así que antes de dar vuelta en la calle que conducía a la casa de Aidan, seguí derecho por la avenida, en dirección a esa cafetería en la que él trabajaba para tomar ese café que le había prometido.

- Tn, era en la otra calle - dijo confundido cuando lo notó.

- Lo sé. Pero es muy temprano para ir a casa.

Hundió las cejas y recostó su cuerpo en el asiento.

Varios minutos después me estacioné fuera de la cafetería, Aidan me miró confundido y con una media sonrisa.

- ¿Qué hacemos aquí? - por fin preguntó.

- ¿No habíamos quedado para tomar un café? - dije obvia.

- Pero tú...

- Se lo que te dije y pienso que Patrik puede esperar. No pondré toda mi atención en alguien que no me da ni la mitad de la suya - sonreí e incliné mi cabeza hacia un lado -. Podemos pedir más que un simple café.

Fue lo último que dije y salí del auto, Aidan siguió mis pasos y ambos entramos a la cafetería, el frio y el olor delicioso me recibió en cuanto entré.

Seguimos andando hasta llegar a una mesa cerca de la ventana.

Un chico de piel morena se acercó y tomó nuestra orden. Después, ya con nuestro pedido se alejó y al poco tiempo volvió ya con nuestra comida.

- No te lo dije allá afuera, pero no quiero arruinar tu relación con Patrik - soltó Aidan con voz temblorosa.

- No sé puede joder algo que ya estaba jodido - confesé -. Ya tenia la idea de terminar todo con él hace unos meses. Nada tiene que ver contigo.

- ¿Meses? ¿Por qué sigues con él?

- Antes decía por amor. Pero ahora...

- ¿Te amenaza? - preguntó tímido.

- No - aclaré rápidamente y soltó un suspiro que no pasó desapercibido -. Pero pienso que en algún momento volveremos a hacer los mismo. Tal vez eso me mantiene, o mantenía con él. La esperanza.

Sus ojos me miraron espectantes.

- ¿Cómo se conocieron? - preguntó curioso.

- En el funeral de mi madre. Sus padres eran amigos lejanos de ella, asistieron al funeral y ahí lo ví - mi voz se cortaba, me dolía recordar esa parte de mi vida -. Estaba sentada en el patio cuando me habló por primera vez, me abrazó y no se despegó de mi en toda la tarde. Fue una gran compañía en todo ese tiempo, tanto que al final del día extrañaba sus brazos. Después seguimos hablando y saliendo. A los pocos meses me pidió ser su novia y yo no me negué. Porque estaba enamorada.

Sonreí ante los recuerdos.

- Pero todo cambió cuando le dí el Si. Fue como si ya no le importara porque ya me tenía, salíamos a citas pero organizadas por mi. Los regalos solo eran en fechas importantes y toda esa magia se había esfumado - solté decaída.

Su mano viajó hasta posarla encima de la mía, su tacto se sintió reconfortante y mis ojos conectaron con los suyos, esa intensidad jamás abandonando sus facciones cada vez que me miraba.

- Todos merecemos a alguien que a pesar de ya tenernos, aún se siga esforzando por enamorarnos - musitó tierno -. Y tú no era la excepción, Tn.

- Ahora me doy cuenta - sonreí con devoción.

- ¿Entonces se terminó? - cuestionó con un deje de curiosidad.

- Se terminó - aseguré.

- Entonces brindemos por tu soltería - dejó mi mano y tomó su taza de café.

Reí y tome mi malteada.

- Salud - dijimos ambos al unisono.

Seguimos platicando y riendo en esa mesa en el rincón de la cafetería, no sabía desde hace cuánto tiempo no tenía una salida así, solo con una persona y terminará hasta llorando de la risa.

Llegamos a su casa y antes de entrar, se giró y me miró con una gran sonrisa en el rostro.

- Me la pasé muy bien.

- Yo igual. Ojalá se repita - dije.

- Me iré antes de Abby me vea. No puedo quedarme y no le quiero decir que no - dí varios pasos hacia atrás y me despedí de mano mientras retrocedía, cuando Aidan se adentró a su casa, por fin dí media vuelta y me adentré al auto para dar camino a mi casa.

Abrí la puerta y papá estaba en su oficina como de costumbre. Sus ojos se posaron en mi y se quitó las gafas que solo usaba dentro de casa.

- ¿Cómo te fué? - preguntó él primero.

- Bien, terminando la sesión pasamos a tomar un café a su trabajo - recité y me senté frente a él en la silla que acompañaba su escritorio.

- Patrik estuvo aquí - informó.

- Lo sé. Íbamos a vernos para "arreglar las cosas" - hice comillas con mis dedos -. Pero algo me hizo no ceder. Y fuí con Aidan.

- Pues en ningún momento habló que estuvieran peleados, al contrario, dijo que todo iba perfecto y después no paraba de preguntar cosas con respecto a la empresa - se acomodó las mangas de su camisa y recostó los antebrazos en la superficie.

- Como sea. Me iré a dormir. Nos vemos mañana.

Me puse de pie y anduve hasta mi habitación, tenía que prepararme mentalmente para lo que se enfrentaba mañana.

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Nuevo Capítulo

¿Cómo les parecío?

Nos vemos en el siguiente

Los amo.

Con amor, Esme.

Juntos en esta realidad [PARTE 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora