Una Noche Para Recordar

CAPÍTULO 18

—Qué manera tan horrible de terminar la víspera de Navidad —Charlotte murmuró de manera incoherente mientras entraba en la cocina. Era justo antes de la medianoche y Freen estaba lejos de alcanzar las tranquilas profundidades del sueño; sin embargo, Becky estaba tan profundamente dormida arriba que ni una herramienta eléctrica podría despertarla.

Había sido una tarde difícil, incluso después de que se llevaran a Eric; Becky estaba en un silencio incómodo, combinado con el agotamiento de la medicación y Freen se sentía demasiado distraída por toda la situación como para mantener una conversación adecuada.

—¿Cómo estuvo el hospital? —Freen intentó ser educada mientras levantaba la vista de su té caliente.

—Tan bien como puede estar en víspera de Navidad. Estoy algo contenta de ser especialista porque generalmente no me necesitan en la sala de emergencias.

—¿Especialista en cáncer? Eso es extrañamente irónico —Freen no pudo evitar que su escepticismo se escapara de sus labios cansados, pero Charlotte no pareció afectada por su franqueza.

—Dime algo que no sepa —la rubia arrojó su saco gris oscuro sobre una silla libre y se dirigió al refrigerador—. ¿Cómo está?

—Está bien, cansada. Aunque creo que solo está aparentando —Freen sorbió su té, dejando que el líquido caliente reconforta su agotada garganta.

—Esa es Becca, siempre hará parecer que todo está bien.

—No me gusta que sienta que tiene que fingir delante de mí —expresó, aunque no estaba segura de por qué estaba siendo tan abierta con Charlotte. Quizás se debía al hecho de que en menos de una hora sería Navidad y no era así como se imaginaba pasando la festividad.

—Ha estado haciéndolo por tanto tiempo que creo que no se da cuenta de que lo está haciendo, dale tiempo. Ella se preocupa por ti —Charlotte comenzó a prepararse un té y miró a Freen; por la expresión de la chica, estaba claro que necesitaba escuchar algo positivo—. ¿Por qué estás despierta de todas maneras?

—No podía dormir —Freen confesó tímidamente.

—Bueno, obviamente. ¿Por qué no podías dormir? —la rubia se rió sarcásticamente mientras seguía preparando su té.

—Navidad solía ser mi festividad favorita —Freen miraba su té, porque no había forma de que mirara directamente los ojos dominantes de Charlotte. Esos ojos eran como los de Becky, podían conseguir lo que quisieran con un simple movimiento.

—¿Solía ser? —Charlotte notó que Freen describió su emoción en pasado con arrepentimiento, como si en realidad no quisiera perder la festividad como su favorita.

—Simplemente ya no es lo mismo que solía ser, mis padres regresaron a Tailandia poco después de que me graduara, aunque después de un tiempo regresaron y se instalaron en Texas por trabajo de mi padre, y la mayoría de mis amigos también desaparecieron. Y creo que Nam se quedó solo porque sintió que tenía que hacerlo —mientras pensaba en la situación, todo parecía lógico; deprimente pero lógico.

—¿Nam? Ah, sí, Becca me habló de ella; la mejor amiga con un lado atrevido —la rubia se rió de nuevo mientras tomaba asiento junto a Freen.

—Esa es —sonrió, definitivamente era cierto—. Quería dedicarse a la moda, pero nunca sucedió.

—Todavía son jóvenes, quién sabe qué podría pasar en otros cinco años —Charlotte tenía un punto, no había necesidad de apresurarse en la universidad, aunque siempre sería ideal terminarla siendo más joven, siempre había opciones.

—Entonces, ¿qué te gustaba tanto de la Navidad? —Charlotte continuó, consciente de que Freen estaba algo perdida en sus pensamientos.

—Siempre estábamos todos juntos; mi papá siempre lograba venir a casa durante estas fechas y, no sé, era cuando más me sentía como una familia.