CAPÍTULO 27

1.5K 94 9
                                    

Una semana había pasado y Freen todavía no se había acostumbrado a Los Ángeles; no es que una semana fuera mucho tiempo, pero pensó que podría haberse acostumbrado a una forma secundaria de inteligencia viviendo en su casa.

Av era grandiosa, tenía que admitirlo, pero no podía decir si su presencia la inquietaba o la asombraba. Después de una semana viviendo con la computadora, decidió que era una saludable combinación de ambas.

Becky sentía lo mismo, aunque no habían hablado mucho al respecto, en su mayoría porque estaban ocupadas desempacando el resto de sus cosas; eso era a lo que Freen dedicaba la mayor parte de sus días. Suponía que ya se habría aburrido a estas alturas, pero Becky tenía tantas cosas que pensaba que estaría ocupada hasta la próxima Navidad.

—¿Freen? —Av llamó, rompiendo la cadena de pensamientos aleatorios de la pelinegra.

—¿Sí, Av? —respondió, aunque no levantó la vista de las cajas con los viejos trofeos de Becky que había estado ordenando, diría que fisgoneando, pero Becky había dicho que estaba más que feliz de revisar cualquier caja, así que lo hizo.

—¿Tienes hambre? No has comido hoy y son casi las dos.

—Tomé un café esta mañana con Bec antes de que se fuera al trabajo.

—Okay, bueno, como computadora, voy a asumir que crees que yo creo que el café cuenta como comida. Chica, puedo buscar cualquier cosa en Google.

—Supongo que no he tenido ganas de comer, insolente, pero ahora que lo mencionas, tengo un poco de hambre.

—De nada —Av dijo con una risa y Freen rodó los ojos antes de levantarse del suelo y dirigirse a la cocina.

Buscó en su casi vacío refrigerador y sacó las sobras de la pizza que habían tenido la noche anterior. Mientras esperaba a que se calentara, sus ojos se dirigieron a la esquina de la habitación donde suponía que Av la estaba observando.

—Oye, Av —aclaró la garganta.

—¿Sí, Freen?

—Hipotéticamente, si quisieras comprarle algo a alguien para una ocasión especial, pero ese alguien tiene prácticamente todo, ¿qué le comprarías?

Av guardó silencio durante un momento mientras procesaba la pregunta de Freen, después de todo, era una computadora, sin importar cuánta chispa tuviera.

—Bueno, supongo que depende, dado que no tengo dinero para adquirir un regalo de ese tipo y físicamente soy, ya sabes...

—Una computadora, sí, así que digamos que fueras... um... —Freen titubeó antes de que Av decidiera intervenir.

—¿Tú?

—Sí, yo. ¿Qué harías? —Freen respondió rápidamente mientras se daba la vuelta para sacar la pizza recalentada del microondas.

—¿Este regalo sería para Becky? —la pelinegra hizo una pausa ante la pregunta antes de dar un bocado a su pizza y mirar de nuevo a la cámara—. No te preocupes, no diré nada.

—Sí, pronto será nuestro... aniversario, y quería comprarle algo, pero no sé qué; básicamente tiene todo.

—Ella no tenía todo cuando te conoció —señaló Av filosóficamente haciendo que Freen dejara de masticar antes de tragar ruidosamente.

—Eso es diferente —murmuró suavemente, aunque sabía que la computadora tenía razón.

—Sabes que tengo razón, pero da igual. Entonces, ¿por qué hiciste una pausa antes de "aniversario"? —Freen se alegró de no estar masticando su pizza en ese momento, porque sintió que probablemente se habría atragantado. Sabía que era dramático, pero en cualquier caso, estaba contenta.

Una Noche Para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora