CAPÍTULO 15

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—¿Me necesita? —Freen exclamó sarcásticamente y Mason se sorprendió por su reacción.

—Sí —Mason tartamudeó nerviosamente.

—No me necesitó en los últimos cuatro meses —las palabras de Freen eran amargas y llenas de enojo, aunque el pensamiento de Becky en problemas y necesitando su ayuda persistía, trato de forzarse a recordar cuán dolorosos habían sido los últimos cuatro meses.

—Ella... no puedo decirte, pero Becky está en problemas, Freen; simplemente se está ocultando, pero no te diré qué ha sucedido. La última semana ha sido insoportable para ella y...

—¡Los últimos cuatro meses han sido un infierno para mí, Mason! ¿A ella le importa eso en absoluto? Además, Rebecca no es quien está aquí de pie pidiendo ayuda, estás aquí. No puede estar en tanto peligro si eres tú quien está aquí —Freen lo interrumpió porque decidió que no quería escuchar las excusas de Becky provenientes de su guardaespaldas.

—Ni siquiera sabe que estoy aquí, y durante una semana pensé que no vendría. Pasé la mayor parte de ese tiempo convenciéndome de no subir a un avión y arrastrarte hasta ella, pero ya no pude soportarlo, no podía verla sufrir.

—¿Qué tipo de sufrimiento? —el tono de Freen pasó de ser amargo a preocupado.

—No te lo diré, ella tiene que hacerlo, por el bien de ambas —Mason estaba decidido y en ese momento Freen supo que la única forma de averiguar qué le pasaba a Becky era ir a ver a la actriz por sí misma.

Tomando la chamarra negra de Becky que estaba en el perchero y sus llaves, cerró la puerta y le dio a Mason una mirada de "tú ganas".

Siguiéndolo escaleras abajo, sacó su teléfono y envió un mensaje a Nam.

"Es una larga historia que ni siquiera conozco completamente, probablemente no te lo podría decir aunque quisiera, pero supongo que puedes adivinar de quién se trata si ese es el caso.

Volveré en unos días; lo siento, no puedo decirte nada más xx.

P.D. Espero que Earth no haya incendiado la casa.

-Freen."

Habría reído, pero su estado de ánimo no estaba ni siquiera cerca de ser positivo y, aunque era de noche, aún sentía como si millones de ojos estuvieran sobre ella.

Subieron al taxi que había estado esperando todo el tiempo; Freen se sentó en silencio junto a Mason mientras se dirigían al aeropuerto de Filadelfia. No se molestó en ofrecer pagar su propio boleto o el viaje en taxi porque sabía cómo era Mason.

—¿Viniste directamente desde el aeropuerto?

—Sí.

—¿Cómo es que no sabe que estás aquí? —preguntó Freen, sorprendida de que Mason hubiera desobedecido una orden de Rebecca Armstrong.

—Le dije que mi esposa estaba teniendo problemas con el bebé, lo cual es verdad en cierta medida, pero en realidad está angustiada por estar tan grande durante el embarazo —compartieron una risa medio forzada antes de sentarse y esperar a que llamaran su vuelo.

—¿Por qué no puedes simplemente decirme?

—Porque no sería correcto que lo supieras por mí, y definitivamente no quiero que te enteres por un reportaje de noticias o algo así —respondió Mason.

Freen medio esperaba que la razón fuera que Becky estuviera en una relación seria, pero realmente eso parecía un poco extremo para volar al otro lado del país para que Becky tuviera la oportunidad de decírselo en persona. Sin embargo, nunca sabía qué esperar con Mason o Becky.

Una Noche Para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora