CAPÍTULO 17

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Era Nochebuena, el día antes de la festividad favorita de Freen y estaba pasándolo sola en su habitación de hotel. Se despertó esa mañana de mal humor, deprimida y extrañando su hogar, a sus padres y amigos. Estaba enojada porque sabía que Becky estaba en su cama haciendo exactamente lo mismo, sintiéndose enojada; sin embargo, la ira de la menor estaba justificada mientras Freen no podía parecer encontrar una justificación razonable para su enojo.

Estaba reconsiderando su semana, Becky le había estado ofreciendo constantemente quedarse en su casa en lugar del hotel, pero Freen no podía convencerse de quedarse; tenía miedo de acercarse a la actriz por temor a salir herida.

Quería soltar pero no podía.

Siempre había algo que persistía en lo más profundo de su mente que no podía identificar. ¿Era quizás la visita sorpresa de Eric hace una semana? ¿Era lo que él dijo, sobre el problema con el alcohol de Luke? O tal vez estaba herida porque Becky nunca se lo había dicho. No es que Becky tuviera la obligación de hacerlo, no era asunto suyo y, sin embargo, seguía rondando en su mente de todos modos.

Su teléfono sonando la sacó de su monólogo interno contaminado con enojo. Se apresuró a contestar, esperando que fuera Becky, pero se sorprendió gratamente al ver el nombre de su madre en la pantalla.

—Hola, mamá.

—Hola, cariño; tu papá también está aquí —el ligero eco siguió a través del teléfono, indicando que Freen estaba en el altavoz.

—Hola, Freen —su padre saludó, obviamente un poco más lejos del teléfono.

—¿Está todo bien? —preguntó, curiosa por su llamada espontánea. Por lo general, solían planearlo.

—Queríamos ver cómo estás —el tono de su madre era cauteloso; obviamente todavía no estaba al tanto de que Freen había viajado a Los Ángeles y estaba preocupada si aún se sentía como antes de ver a Becky.

—Estoy bien, en realidad estoy en Los Ángeles.

Hubo una larga pausa incómoda en el teléfono y Freen temió haber ofendido a sus padres, pero cuando su mamá tomó una profunda bocanada de aire audible, se dio cuenta de que no lo había hecho.

—Lo sabemos, por eso llamamos.

—¿Qué quieres decir? —Freen se puso repentinamente nerviosa. ¿Estaba todo bien con su papá y su trabajo?

Varios escenarios pasaron por su mente hasta que finalmente sus padres hablaron de nuevo.

—Creo que los medios se enteraron de que estás ahí, Freen —esta vez fue su padre quien habló y sonaba como si hubiera cerrado la distancia entre él y el teléfono para unirse a su madre.

—Oh, mierda —gruño en frustración antes de alcanzar el control remoto del televisor, recibiendo un irritado Sarocha de su madre por su lenguaje.

Encendió el televisor y cambió de canal hasta encontrar una estación de noticias, pero supuso que no sería el centro de atención y tendría que esperar a que apareciera la historia. Bajó mucho el volumen y siguió hablando con sus padres, tratando de ignorar el hecho de que una vez más su vida personal estaba siendo fisgoneada.

—Freen —su madre comenzó con un tono suave y cauteloso—, ¿Rebecca Armstrong está enferma?

Freen sintió una lágrima formarse en su ojo mientras las palabras salían de los labios de su madre. Sonaba aún peor cuando alguien más lo preguntaba, porque hacía que la realidad de la situación fuera más real. No era solo algo entre ella y Becky, todos lo sabrían y eso iba a destruir a la actriz.

Una Noche Para RecordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora