—¿Y bien?
—¡Estoy tratando, estoy tratando! No crea que es tan sencillo —Baxter leía una y otra vez el grimorio en sus manos—. Esto es mucho más complicado de lo que creí...
—¿Es acaso demasiado para tus habilidades, amigo mío?
Baxter miró a Alastor con reproche.
—No es mi culpa que las flores mueran cuando usted las toca —Pasó las páginas del libro. Frente a él había un montón de tubos de ensayo, matraces y distintos tipos de vasos de precipitados. Algunos vacíos, otros llenos de sustancias que Alastor no conocía. Éste se acercó para mirar más de cerca. Tomó un vaso, lo acercó a su rostro y lo agitó sin cuidado. Se miraba a sí mismo en el reflejo del cristal. Baxter tuvo que voltear dos veces para darse cuenta de la estupidez que estaba haciendo—. ¡Oiga, deme eso! —Baxter se subió a la mesa y le arrebató el vaso—. ¿¡Qué acaso no sabe que esto es sumamente peligroso!? ¡Podría causar una catástrofe!
—¡Fascinante! —Sonrió Alastor—. ¿Por qué no lo probamos?
—¡Hágase a un lado y déjeme trabajar!
—Oh, querido... Por eso es que Sir Pentious te sacó a patadas de su laboratorio. ¡Mataría por ver esa escena con mis propios ojos! ¡Ja, ja, ja!
Baxter volvió a tomar asiento, indignado por las palabras de Alastor. Guardó silencio. Prefería no dejarse llevar por las claras provocaciones del demonio de la radio.
Lo había contactado apenas unos días atrás. Alastor había encontrado a la princesa Charlie trabajando arduamente en su jardín trasero. Planeaba llenar el perímetro de flores, plantar un par de manzanos y tal vez, colgar algunos helechos, simulando una terraza, pero uno de los principales problemas era que las flores, por más cuidados que tuvieran, no permanecían mucho tiempo con vida. Tan pronto tocaban el suelo demoniaco, sus pétalos caían y terminaban desahuciadas sobre la tierra candente del infierno. Charlie trató de mantenerlas con suficiente agua, un poco de magia y savia de los manzanos reales, sin embargo, nada funcionaba. La magia oscura era demasiado bruta para seres tan delicados.
Decepcionada, desistió con el plan de las flores y prefirió enfocarse en otros detalles.
Alastor observó todo el proceso desde lo alto de su balcón con el pasar de los días. No era un gran fanático de las flores, pero su lealtad y orgullo —todo con tal de proteger éste último— le trajo una curiosa idea: una flor del mundo humano era lo que necesitaban. Las reglas divinas eran complicadas, pero él conocía un detalle muy importante: la tierra como el infierno son muy similares.
Se perdió por un par de días. Visitó los bosques que recordaba de cuando estaba vivo. Todo había cambiado en el mundo humano. Pensó en hacer algo al respecto, pero prefirió enfocarse en conseguir una flor bellísima, algo precioso que pudiera arrastrar al averno y que tuviera la fuerza suficiente como para mantenerse en pie. Sin embargo, no contó con que su maldición lo perseguiría incluso en el plano humano. Las flores, tal como en el infierno, se marchitaban apenas les ponía un dedo encima.
Trató con varias, pero todas terminaban doblándose frente a él. Las amarillas se tornaban de un verde oscuro, opaco y horripilante, las rosas rojas se oscurecían, arrugadas como una pasa. Lo mismo pasó con las bellas flores de diente de león, que envejecían tan rápido como un parpadeo.
Exhausto, las botó todas. Las maldijo y juró que regresaría.
Especificó que con armas.
Aunque sonara ridículo, él pensaba que era lo mejor. Se lo había tomado un poco... Personal.Obsesionado, con el ego lastimado y un montón de tiempo libre, Alastor se embarcó a la investigación sobre las flores. Aprendió sobre las más fuertes, como los claveles, y la delicada codicia de las gardenias.
Los que más le gustaron fueron los lirios del valle.
Pero, de nuevo, había un problema... ¿Qué clase de flores le gustaban a la princesa Charlie?
ESTÁS LEYENDO
Fictober: Charlastor [Hazbin Hotel]
Fanfic31 one-shots y drabbles basados en la dinámica Fictober 2023 de @IndieGo0 en Wattpad y Tumblr. Fandom: Hazbin Hotel. Ship/pareja: Alastor x Charlie. Canon, AU, y mucho más.