22. Escape

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Parte 2/2

...

     El jardín real era una preciosa extensión de pasto llena de columnas de piedra blanca que se encontraba detrás del castillo, justo encima de una gigantesca montaña de roca. Los sirvientes se encargaban de cuidar y regar las plantas durante las mañanas, y las hadas, por lo general, conjuraban a las flores para que estas se abrieran antes de tiempo, siendo siempre fieles a las necesidades de los reyes y a la naturaleza. También se encargaban de regañar a los pequeños hongos que corrían, jugando a las atrapadas. ¡Ellos incluso cobraban vida!
     Charlotte tomó asiento en una banca. Miraba a Alastor jugar con su bastón. Estaba lanzando algunas piedras y objetos hacia el acantilado, traspasando la pared.
     —¡Foooore! ¡Ja, ja, ja!

     Charlotte suspiró, sacando un abanico de su corpiño.
     —Qué fastidioso...

     Su madre apareció por el ventanal. Tomó asiento a su lado con una copa de licor.
     —¿Cuánto tiempo lleva haciendo eso?

     —Creo que unas... —Charlotte miró al cielo—. Tres horas...

     —Parece demasiado entretenido.

     —¿Parece? ¡Lo está! Me ha ignorado todo el rato —Se abanicó, cruzando las piernas y los brazos—. ¿Cómo se supone que voy a casarme con un idiota como él? Es un estúpido...

     —Bueno, supongo que jamás ha estado en un castillo tan lujoso como este. Se nota que está bastante encantado con la vida que comenzará a llevar a partir de ahora.

     —Es un mal educado. Además, huele a humedad.

     —Oh, querida... Solo... Trata de darle una oportunidad. No creo que sea tan malo.

     Ambas miraron a Alastor. Se había subido a una de las columnas y gritaba incoherencias hacia el vacío. Se divertía con su propio eco.
     —¡Soy el rey del mundo!

     Charlotte se giró a ver a su madre.
     —No sabes la vergüenza que me está haciendo pasar...

     —Y más te vale estar preparada —Lilith sorbió de su copa—. Nos ha pedido que organicemos un baile oficial para que ustedes dos sean presentados como los futuros reyes esta noche.

     —¿¡Qué!? ¡Oh, no! —Charlotte se puso de pie y cerró el abanico—. ¡Suficiente tengo con que me humille frente a mis propios sirvientes! ¡Las hadas se han reído de mí durante todo el rato!

     —Pues yo las veo un poco... Encantadas con su personalidad.

     Volvieron a mirar a Alastor. Las pequeñas criaturas flotaban alrededor de él, suspirando.
     La reina ladeó su copa.
     —Si no te apresuras a cortejarlo, una de ellas lo hará.

     —¡Pero él debe cortejarme a mí!

     —Necesitamos esa manzana, Charlotte —Canturreó.

     —¡Yo no la necesito! —Y de su cabeza salió un pequeño brote, en forma de planta—. ¡Diablos! —Lo miró y dio un pisotón al suelo.

     —Te seguirá pasando eso si no sellamos tus poderes. Solo... Trata de acercarte. ¿Por qué no lanzas cosas junto con él?

     —Esto es el colmo... —Charlotte hizo un movimiento para irse, pero Alastor llegó, girando su bastón.
     —Oh, hermosas damas, ¿todo está en orden?

     La reina miró hacia otro lado.
     —Creo que iré con tu padre. Necesitamos planear algunas cosas para esta noche. Con permiso —Se despidió haciendo una elegante reverencia y se alejó por el pasillo principal.

Fictober: Charlastor [Hazbin Hotel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora