25. Crossover

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Parte 1/2

...

     El negocio de Mimzy estaba desierto a esas horas del día. Estaba seguro ahí durante el tiempo que quisiera. Se pidió un trago para matar el aburrimiento, pero el ridículo imp con el que haría el trato no paraba de cantar canciones en el karaoke. Los otros dos pequeños estaban sentados a su lado. No recordaba sus nombres, pues sabía que no eran importantes.
     Alastor estaba casi recostado en la mesa.

     —¿Siempre es así?

     —No. Se pone peor cuando escucha a Christina Aguilera.

     Los berridos de Blitzø eran cada vez más insoportables. No cantaba muy bien que digamos.
     Alastor se terminó la bebida.
     —¿Alguno de ustedes dos, idiotas, podría traerlo a mí para hablar? ¡Siento que estoy perdiendo mi tiempo!

     —¡Jefe, el demonio se está enfadando! —gritó uno de los dos.

     Blitzø se giró de forma agresiva y señaló a su compañero sin soltar el micrófono.
     —¡Cállate Moxxie! —Se puso una mano en donde estaría su oreja y trató de alcanzar las notas, moviendo la cabeza—. I wanna love me, the way that you love me!

     Los imps miraban con vergüenza hacia Alastor, tratando de justificar a su jefe. Rompió el vaso cuando escuchó al demonio hacer una nota agudamente fea.
     —¡Irrespetuosas bestias!

     —¡Ya, basta! —Millie se puso de pie y caminó hasta Blitzø, arrebatándole el micrófono apenas lo tuvo en frente—. ¡Ya se ha divertido bastante, tenemos un negocio qué hacer!

     —¡Y yo soy tu jefe!

     —¡Trabajo, ahora!

     Blitzø rodó los ojos y se acercó a la mesa donde Moxxie y Alastor aguardaban. Millie y él se sentaron.
     Subió los codos a la mesa. Trató de subir los pies pero se fue de boca. Se incorporó rápidamente.
     —¿Y para qué nos has llamado?

     —¿No es obvio? —Alastor sonrió confiado—. Necesito un favor y ustedes son los únicos que pueden hacer algo al respecto. Como saben, no puedo viajar por entre los anillos del infierno, volviéndose muy complicado el conseguir un par de cosas que necesito.

     Blitzø alzó la mano hacia el camarero, sin prestarle atención a lo que el locutor le decía. Ordenó a gritos una piña colada.
     —¿Qué dijiste?

     Alastor inhaló, tratando de que su respiración hiciera obvio su enfado.
     —Dije... Que no puedo moverme por los anillos del infierno, necesito un par de cosas y además...

     —¿Cuál dijo que era su nombre? —Blitzø se dirigía ahora a Moxxie, su compañero, pasando de largo por segunda vez las explicaciones de Alastor.

     Moxxie miró al larguirucho demonio sentado al lado de él y cuando conectaron miradas, movió la silla un pelín lejos.
     —Alastor, señor.

     —¡Alastor, ese es mi nombre! —Forzó la sonrisa y con los ojos bien abiertos, estiró la mano hacia Blitzø. Él no se la tomó—. ¿Cuento con ustedes entonces?

     —Ni siquiera escuché un carajo de lo que dijiste.

     —¡Oh, qué agallas! ¡Podría matarte si lo quisiera!

     —Meh... —Blitzø respondió con voz monótona. El mesero dejó la piña colada en la mesa y se alejó con rapidez. Blitzø le dio un sorbo por la pajilla—. ¿Qué cosas son las que necesitas? ¿Hierba, un arma angelical, un par de balas de plata qué meterte en la sien?

Fictober: Charlastor [Hazbin Hotel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora