12. Mirada indiscreta.

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Era la hora del almuerzo, y Jimin avanzaba con torpeza hacia su mesa, tomando una de las manzanas dispuestas en una cesta común para todos. Sentía el peso de la mirada intensa de Jungkook sobre él en todo momento. La amargura que Jungkook parecía guardar debido a que Maxine lo había tratado con amabilidad le parecía desproporcionada. Sinceramente, no entendía la fuente de su enojo, después de todo, apenas se conocían, y su trato amable se debía, en parte, a la sombra del chico muerto, alguien a quien Jimin, poco a poco, empezaba a resentir también.

Dante ya estaba sentado en la mesa, disfrutando animadamente de su plato de arroz, que no lucía muy apetitoso. Jimin se había acostumbrado a las comidas mediocres, pero añoraba los sabores de casa. Todo eso parecía ahora un recuerdo distante.

— ¿No vas a comer tu almuerzo? — Preguntó Dante cuando Jimin se acercó con la manzana —. Puedes dárselo a Edmond.

— ¿El chico francés? — Jimin ya sabía quién era Edmond, pero estaba intrigado por conocer más acerca de ese chico.

— Sí, el alto que come como un regimiento de cerdos.

Jimin dirigió su mirada hacia la mesa donde se encontraba Edmond, quien estaba absorto en mordisquear una manzana, aparentemente ajeno al mundo que lo rodeaba. Su atención estaba completamente centrada en la comida. Sin embargo, Jimin no pudo evitar notar la singular belleza de su perfil. A pesar de no encajar en los estándares tradicionales de belleza, le parecía guapo.

Su nariz torcida resultaba sorprendentemente encantadora, añadiendo un toque distintivo a su rostro. La mandíbula de Edmond estaba fuertemente definida, y varios lunares subían desde su cuello hasta sus mejillas, creando un patrón fascinante en su piel.

El hecho de que comiese tanto y que no lo demostrara en lo absoluto también le llamaba la atención. Él era delgado, pero comía poco, lo justo y necesario. Había bajado considerablemente de peso desde el accidente y dudaba que pudiese recuperar su anterior estado físico.

— Él es tranquilo. — Comentó mientras trataba de disimular su mirada curiosa.

— Sí, supongo. Su vida es un poco trágica, creo que su familia falleció en un viaje y fue el único sobreviviente. Dicen que tuvo que comer carne y ya sabes a cuál me refiero. — Canturreó en un tono alegra.

— Oh… supongo que lo entiendo, pero, ¿quién comenzó con ese rumor?

— No sé, Jungkook, probablemente, pero también lo leí en un periódico, aunque ahí dicen cualquier cosa, ¿sabes?

Jimin sentía una profunda aversión hacia los periódicos. Cada vez que veía uno, la ansiedad le invadía, temiendo que algún desconocido hubiera leído la noticia de la caída del dirigible y conectara su nombre con aquel trágico evento. Su cuerpo no había sido hallado entre los restos calcinados, lo que planteaba dos posibilidades angustiantes: o había perecido en el incendio, reducido a cenizas, o había logrado sobrevivir de alguna forma.

La verdad era que Jimin había conseguido sobrevivir milagrosamente, pero eso permanecía como un secreto guardado celosamente, conocido sólo por el misterioso hombre que lo había rescatado de las llamas y las consecuencias mortales de la caída del dirigible.

— ¿Suelen leer mucho los periódicos? — Le preguntó a Dante, con la esperanza de que la respuesta fuera negativa, disminuyendo así las posibilidades de que alguien pudiera reconocerlo.

Dante se tomó un momento antes de responder, mientras le daba una cucharada a su arroz.

— No, muchos no saben leer. — Su sonrisa era amigable —. Y solamente escuchamos la radio, pero a veces.

LA CORTE DEL GIRASOL ひまわり KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora