4. El trébol de cuatro hojas.

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Habían castigado a Jungkook, dejándolo de pie, mirando hacia la pared en la esquina del comedor mientras los demás volvían a comer. Él se reía cada cuantos minutos, mirando por el hombro a todos los que pasaban por ahí, molestándolos con gestos y apodos desagradables. Afortunadamente, no molestó a Jimin y pudo comer tranquilo, pero no estaba seguro de poder dormir bien en la noche.

Se aferró a Dante por lo que quedaba de día. Aparentemente, a Dante le gustaba dibujar y pasó gran parte de la tarde sentado en las escaleras, dibujando con crayones en una libreta que se caía a pedazos. Por lo que pudo notar, en ese momento estaba dibujando una araña, hizo lo que pudo para que le quedase lo más parecida posible, y le sorprendió lo bien que dibujaba.

— ¿Por qué dibujas eso? — Preguntó Jimin, apartándose cuando unos cuantos niños corrieron por la escalera, jugando a perseguirse.

Dante le miró con una sonrisa, tenía las manos sucias por los crayones y no podía dejar de notar los moretones en sus nudillos. Aquello significaba que había golpeado a alguien, pero no lo veía haciendo ese tipo de cosas.

— Porque está lleno de telas de araña en los dormitorios, son tantas que ya lo único que puedo hacer es dibujar arañas. Ni siquiera conozco a los perros tan bien como a los insectos.

No creía que fuese una broma, había escuchado perros a lo lejos cuando caminó hacia el orfanato, pero parecía imposible verlos caminar por la calle. Era un lugar demasiado lejano, había notado sirenas para ataques aéreos, pero dudaba que le importaran a alguien.

— ¿Cuánto llevas aquí? — Jimin se sentía curioso, quería saberlo todo de una sola vez, al menos de Dante, que parecía ser el más cuerdo del montón.

— Como diez años, Romolo y yo nacimos el mismo día, pero mamá falleció en el parto y papá fue enviado a la guerra. Nos quedamos solos y nos trajeron al orfanato. Creo que Romolo es un poco extraño porque fue el que más tardó en salir, o eso recuerdo que decía mi papá. Él decía que Romolo no lloró cuando llegó al mundo, es lo que más recuerdo.

— Nunca había oído sobre eso. — Jimin había estudiado en un colegio prestigioso, pero jamás aprendió sobre ese tipo de cosas, probablemente porque nadie las entendía.

— No sé, esa era la teoría de papá, que Romolo vino defectuoso porque tardó mucho en nacer, y que era raro por eso. Pero cuando llegamos al orfanato, unos años después llegó Maxine, y ella tenía paciencia para enseñarle cosas básicas, porque las cuidadoras no son buenas personas y aprendió solamente con ella.

Dante era mucho más serio y honesto cuando dibujaba. Jimin tenía que reconocer que le agradaba la forma en la que se expresaba.

— ¿Y qué pasa con Jungkook? — Hizo la pregunta en voz baja, porque parecía que aquel chico podía verlo y escucharlo todo.

— Él también está aquí desde pequeño, creo que es un poco delicado hablar de él, porque vio a sus padres morir.

Después de eso dejaron de hablar y Dante volvió a ser el chico risueño de siempre, despidiéndose cuando ya era hora de dormir, asegurándole que todo estaría bien, que Jungkook no se encaprichaba con las personas por demasiado tiempo. Se oía como el tipo de persona que no experimentaba apego por nadie y lo repitió en su cabeza miles de veces para poder dormir tranquilo por esa noche.

Una cuidadora le llevó un viejo pijama y un cambio de ropa para cuando se levantara, lo dejó todo sobre su cama, aunque le dio vergüenza cambiarse frente a tantas personas. A pesar de que sabía que a nadie le importaría, le apenaba mostrarse sin camiseta y sin pantalones.

Fue rápido, se quitó la camiseta con manos temblorosas, mirando hacia todos lados sólo para cerciorarse de que nadie lo miraba, pero entonces notó a Jungkook en una de las camas cerca de la puerta. Él estaba de pie con una sonrisa de oreja a oreja, mirándolo detenidamente.

LA CORTE DEL GIRASOL ひまわり KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora