treinta y ocho

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Narrador Omnisciente

Los días pasaron y el cumpleaños del de gafas se acercaba. Ya tenía algo organizado pero había algo que él quería. Bueno en realidad era lo único, quería...estar con Eddie.

Era de mediodía, Richie y Eddie se encontraban durmiendo juntos, cosa que sucedía casi todos los días desde que comenzaron a "ser novios". Las comillas eran porque aún ninguno se había animado a dar el siguiente paso.
El castaño lo estuvo pensando pero no, sentía que si lo hacía presionaba a Richie y este creía lo mismo.

La luz tenúe del sol llegó hasta el rostro de Eddie, haciendo que por consecuencia se despertara. Ya era de mañana, lo que significaba que Richie debía irse a su habitación y fingir que durmió ahí toda la noche aunque no fuera así y los padres de él lo saben perfectamente. Y no dicen nada, en el fondo Richie agradece eso.

Eddie se acerca a su..¿chico? y le deposita varios besos en las mejillas, este sonríe y comienza a despertarse.

—Ya, despierta Rich....

—Ummn, un rato más. Por favor—hizo un leve puchero, sus ojos estaban entreabiertos—Hey, no te detengas con esos besos.

Eddie río. Y Richie se levantó para simplemente estampar sus labios contra el chico que tanto le gustaba. Dejó cortos besos y se alejó.

—Buen día, Eds...

El recien nombrado sonrió, genuinamente y sus ojos se veian algo chinos pero con un leve brillo que lo hacía ver tierno, logrando que sonriera también. Sintió que su visión no estaba bien, así que tanteo la mesa de luz de Eddie hasta que encontró sus gafas. para luego colocarselas.

Lo miró, ahora pudiendo verlo bien, sonrió otra vez.

—Vaya, estás de buen humor—Eddie soltó una leve risa

—¿Cómo no estarlo?

—¿Por qué lo dices?

—Claro, me despiertas dándome besitos. ¡Por dios, Eddie. Agradece que estoy de buen humor y no calient-...!

—Beep Beep, Richie—pronunció Eddie, sintiendo el calor subir a sus mejillas.

—Ya, lo siento. Estaba bromeando, nada más...—se acercó y lo abrazó. Se mantuvieron así por un rato. Disfrutando aquel momento

Tal vez aún estaban somnolientos, o estaban tan encimismados con sus propios pensamientos y con la comodidad de la cálida compañía del otro a su lado. Pero no notaron los pasos de Sonia acercándose a la habitación de Eddie.

No escucharon cuando la mano de la señora Kaspbrak se posiciono en el picaporte, logrando un leve chirrido.

No escucharon, no lo notaron. Hasta que ella abrió la puerta de la habitación.

Allí estaba. La pesadilla en persona para Richie. Viéndolos, estando acostados y abrazados. Realmente era una situación inexcusable, e incomoda.

Eddie palideció, sentía que era su fin. No había ni un poco de probabilidad de que el pudiera salir vivo de eso. Sintió que estaba a punto de hiperventilar, y fue allí cuando Richie, bajo las sábanas le tomó la mano, se sintió un poco mejor. Se calmó.

—Eddie....¿que está pasando aquí?—preguntó. Su rostro era una mezcla de confusión, miedo y enojo. Todo eso junto en Sonia Kaspbrak causaba terror en Eddie.—Tozier y tú....

Eddie se sentó en la cama al instante y Richie imitó la acción, pero siguieron con sus manos entrelazadas.

—Mamá, puedo explicarlo...

You love me? - ReddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora