cuarenta y uno

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Ya era otro día. Debian irse al mediodía porque la fiesta ya habia finalizado, aunque les hubiera gustado quedarse mas tiempo y poder probsr la deliciosa comida de Sharon Denbrough, pero eso no era posible. Cada uno tenía sus casas y sentían que era demasiado intrusivo quedarse mas de un dia completo en casa de Bill.

Para todos volver a su casa fue lo mas normal del mundo pero Eddie fue la excepción, este soltó un suspiro cargado de frustración. Justo cuando ambos habían regresado a sus respectivas casas, aún entrelazando sus manos, las palabras de Eddie resonaron en el aire, pesadas y llenas de conflicto.

—No quiero volver—susurró Eddie con una mezcla de determinación y angustia.

Richie lo miró, la preocupación teñía sus ojos. Ladeó su cabeza confundido

—¿Qué pasa, Eds?

Las palabras de Eddie emergieron tambaleantes, su voz temblorosa.

—Y-yo... simplemente no puedo hacerlo.

—Eddie, tranquilo.....

Las lágrimas amenazaban con salir de los ojos de Eddie, un nudo se generó en su garganta. Estaba a punto de llorar

—No quiero entrar a mi casa, no puedo. ¡No lo haré!

—Eds, escucha..—Richie murmuró con suavidad, sujetó el rostro de Eddie entre sus manos, buscando conectar con él. Cuando este le dirigió la mirada fijamente, añadió-No tienes que hacerlo si no quieres.

Eddie inhaló profundamente, esforzándose por controlar sus emociones.

—Ella no me acepta, Richie. Nunca lo hará. No puedo ignorar eso...-El nudo en su garganta parecía apretarse más, amenazando con desencadenar un torrente de lágrimas.

Richie miró a Eddie con ternura y comprensión. Sonrió levemente y dijo:

—Está bien. ¿Quieres entrar a mi casa?"

Eddie asintió, permitiéndose se
conducido por Richie hacia la casa de los Tozier.

...

Un suspiro de alivio escapó de Eddie. Richie, a su lado, abrió la puerta de la casa. Consiguiendo así que ambos se adentraran en ella. Para acto seguido saludar a los Tozier.

—Mamá, papá. Eddie se mudará con nosotros. No es necesario hablarlo. ¡Gracias!

La sonrisa en el rostro de Richie irradiaba confianza, y juntos, subieron las escaleras, dejando a los padres de Richie totalmente
confundidos

Una vez en la habitación de Richie, Eddie dejó escapar una risa nerviosa.

—Me dio un poco de vergüenza eso.-admitió, sintiendo calor en sus mejillas

—Nah, ellos entienden—dijo, guiñando un ojo

Un gruñido resonó desde el estómago de Richie, y ambos rieron.

—En un rato bajaremos a ver qué hay de almuerzo. Muero de hambre— dijo Richie mientras se acariciaba el estómago.

—Ojalá tuviera apetito —expresó Eddie, se pudo divisar la preocupación regresando a sus ojos.

—Hey, no seas así—lanzó una sonrisa tranquilizadora. La cual, no funcionó para Eddie

—No es eso, Rich. Aún no me siento bien con el tema de mi madre. No creo que pueda enfrentarla sabiendo que no me acepta. Simplemente no puedo. Me quita el apetito.

—Tomate tu tiempo, Eds. Mi casa es tu casa. Pero necesitas comer, estás delgado.

—No lo estoy—protestó Eddie, aunque su voz carecía de convicción.

You love me? - ReddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora