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𝗛𝗲𝗮𝘁𝗵𝗲𝗿

Estaba con mi móvil en el sofá bastante aburrida, la verdad.

No había clase, ni entrenamiento, Sam no estaba en casa y Robby ni idea.

—Heather, tengo que contarte algo—dijo mi padre sentándose a mi lado.

—Dime—dije dejando mi móvil a un lado.

—Han encontrado a Robby—informó.

Lo miré un momento en silencio antes de reaccionar.

—¿Está bien?—cuestioné.

—Sí, sí. Pero ha entrado en el reformatorio—respondió

—¿Puedo ir a visitarlo?—pregunté.

—No. Ni se te ocurra poner un pie ahi—contestó firmemente—. Además, solo puede visitarlo la familia.

Rodé los ojos molesta antes de apartar mi mirada.

—Al menos podré llamarle, ¿no?—cuestioné.

—Sí, claro—dijo—. Pero no vayas.

—Que sí—dije levantándome—. Lo he entendido.

Subí las escaleras para ir a mi habitación.
Me tumbé en la cama y comencé a buscar el número de teléfono del reformatorio.

Una vez lo encontré, llamé al teléfono.

Centro Correccional de Menores de Sylmar, dígame—se escuchó una voz masculina.

—Hola, em... quería hacer una llamada—respondí.

Bien, ¿a quién?

—A Robby Keene—respondí.

Un momento, por favor.

Me dejaron en espera un tiempo bastante largo para ser sincera.

—¿Diga?—se escuchó la voz de Robby.

—Hola—saludé.

Se escuchó un suspiro.

Menos mal, creía que serías tu padre—comentó—. Él me ha entregado a la policía.

—¿Qué?—cuestioné—. No sabía nada.

Ya me lo imaginaba—dijo.

—¿Qué tal?—le pregunté.

Esto es una mierda.

—Lo suponía—dije.

¿Qué tal estás tú? ¿Ya estás bien de la conmoción?—me preguntó.

—Sí—contesté—. Hace unos días que no tengo síntomas

No sabes cuanto me alegra oír eso—comentó.

—Oye, iré a verte en cuanto pueda—le dije.

No te preocupes, si no puedes no pasa nada—respondió.

—Iré—aseguré.

Se escucharon unas voces.

Te quiero mucho—dijo—. Pero debo colgar, se ha acabado el tiempo.

Jo, pues había sido muy poco tiempo.

—Yo también te quiero—respondí—. Ten cuidado, ¿vale?

Lo tendré—habló antes de que la llamada se cortara.

Aproveche y llamé a Moon.

Tras unos tonos, contestó.

𝕷𝖔𝖘𝖙 𝖎𝖓 𝖙𝖍𝖊 𝖋𝖎𝖗𝖊 || 𝕽𝖔𝖇𝖇𝖞 𝕶𝖊𝖊𝖓𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora