—Los dos compartimos el objetivo de prepararnos para el campeonato—dijo mi padre.
—Pero tenemos diferentes métodos—comentó el rubio.
—Sabemso que enseñaros distintos puntos de vista a la vez puede ser confuso—continuó papá.
—Así que hemos encontrado una solución—dijo Johnny—: dividir para vencer.
》Colmillo de Águila entrenará en la entrada.
—Y Miyagi-Do aquí.
—¿No éramos más fuertes colaborando?—cuestioné.
—Seguimos colaborando—respondió mi padre.
—Por separado—explicó Johnny—. En extremos opuestos del dojo. Venga, Águilas, seguidme.
—Miyagi-Do, acercaos.
Cada uno siguió a su sensei correspondiente.
Fuimos a la caseta del dojo para comenzar la clase.
—Todos llevamos rabia dentro—habló papá una vez todos estábamos sentados en el suelo—, quiero que os libereis de ella. No dejéis que vuestras emociones os controlen. Vosotros debéis tener el control. ¿De acuerdo?
》Ahora cerrad los ojos y relajaos.
Hice lo que mi padre indicó. Posiblemente esa clase me viniese bien.
—Para de gimotear como un nenaza. ¡Arriba!—se escuchó a Johnny interrumpiendo el silencio.
—¡No seas nenaza, pégale en la cara!—gritó Johnny de nuevo haciendo que algunos rieran.
—Intentad no distraeros—repitió papá—. Seguid centrados.
—¿Le has pegado en los huevos?—cuestionó Johnny—. ¿Estás tonto, tío?
—Esperadme aquí—dijo mi padre.
Aproveché para ir a beber agua. Allí, pude encontrarme a Demetri y a Halcón, hablando.
—Es la plataforma de entrenamiento donde el bisabuelo del señor Miyagi enseñaba kárate en la costa de Okinawa—explicó Demetri.
El peliteñido se acercó al cuadro más de la cuenta.
—Oye, ten cuidado—le dijo Chris quien vino por detrás.
—¿Crees que lo romperé?—cuestionó Halcón.
—Ya rompiste una puerta—recordé—. Y robaste la medalla del señor Miyagi.
—Y a mí me diste una paliza—le dijo Nate.
—Siento mucho todo—me miró.
—Vuélvete con tus Águilas—le dijo Chris—. No te queremos aquí.
El pelirrojo miró a Demetri antes de salir del dojo.
Rodé los ojos antes de volver a donde estaba y
[...]
Estaba con Robby en la pista de skate, él hacía algunos trucos en las rampas del lugar, mientras que yo estaba sentada en el borde de una, mirándolo.
—¿No quieres probar?—me preguntó.
—Apenas puedo mantenerme sobre el skate en el suelo normal, ¿Quieres matarme o qué?—cuestioné, divertida.
Él soltó una risa.
—¿Qué tal las cosas en casa?—cuestionó.
—Bueno—respondí—... Mis padres han puesto una alarma, pero creo que estoy incluso más nerviosa con ella.
》Siempre estoy inquieta pensando en que podría sonar en cualquier momento. Que a Tory se le podría ir la cabeza ,de nuevo, y volver a hacernos algo.
—Escúchame, si me entero de que alguno de esos idiotas vuelven a hacerte algo—empezó—, les romperé las piernas aunque vuelva a la correcional de cabeza.
Lo miré con una pequeña sonrisa.
—Oye, Robby—dije haciendo que me mirara con atención—. ¿Volverías a Miyagi-Do?
—No—respondió firme.
Fruncí el ceño. No esperaba que fuera tan tajante.
—No quiero que cambies—le dije—. Eres buena persona. Yo lo sé, mi padre lo sabe y el tuyo también.
—Mi padre tenía elección, pero eligió a Miguel—habló—. También eligió ser un borracho fracasado que no sabe qué hacer con su vida. ¿Y ahora quiere recuperar el tiempo perdido para redimirse? Ni de coña.
》Y tu padre me la lió bien con la correcional. Así que tampoco me uniré por él.
—Tu padre está tratando de cambiar—comenté—. El mío también. Y aún puedes hacerlo por mí.
》Por favor. Yo... te necesito conmigo.
Él negó con la cabeza.
—Pues lo siento, no volveré a Miyagi-Do—respondió.
Mordí mi mejilla apartando mi mirada de él algo decepcionada por su decisión.
》También tú podrías venir a Cobra Kai.
—¿Estás loco?—le pregunté.
—Mira, lo siento mucho, en serio. Pero yo ya no pertenezco a Miyagi-Do—dijo.
—¿Y a Cobra Kai sí?—le cuestioné.
—Tampoco—contestó—. No pertenezco a nada, y estoy bien así.
Asentí aún sin mirarle.
Noté como me abrazaba por los hombros.
》Sé que querías que volviera. Pero estaremos bien igual, ¿vale? Tú y yo. Eso es lo que más me importa en este mundo.
He reescrito esta última parte de Robby y Heather unas cincuenta veces🤭.
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