•39•

1.5K 92 0
                                    

𝗛𝗲𝗮𝘁𝗵𝗲𝗿

Hacía una semana desde que habíamos regresado de Ohio.
Silver le había dado una paliza a mi padre, y nos encontrábamos Sam, mamá, Johnny, Chozen y yo en la cocina. Los adultos hablaban de como derrotar al de pelo blanco.

—Ha pasado una semana—habló Johnny—. Si esperamos más...

—Daniel-san debe curarse—interrumpió Chozen.

—Chozen tiene razón—intervino mamá—. Yo también quiero hacer algo, pero no podemos ir a por Silver sin...

—Papá—dije al verlo entrar a la cocina con un traje puesto.

—Johnny—habló mi padre—. ¿Qué haces aquí?

—Intetar que Silver pague por lo tuyo—respondió el rubio.

—¿Por qué vas con traje?—cuestionó mamá.

Papá suspiro.

—No puedo ir al concesionario en pijama—respondió.

—¿Vas a ir a trabajar?—le preguntó mi madre.

Papá se acercó a nosotras.

—Hay que planear...—trató de decir Chozen.

—Os agradezco vuestro apoyo, de verdad—interrumpió mi padre—. Pero paso ya de Silver. Si quiere el Valle, que se lo quede. Adiós al kárate.

—¿Cómo que adiós?—cuestiono Johnny.

—No debes rendirte—continuó Chozen.

—Pues me rindo—respondió papá—. Enfrentarme a Terry Silver fue un error. Casi me cuesta mi familia. No seguiré.

—Estamos contigo—habló mamá—. No tienes que dejar de luchar.

—Sí, claro que sí—dijo mi padre—. Me hice sensei para ayudar a jóvenes. Pero lo empeoró todo.

—Anda ya, ¡los ayudaste!—le dijo Johnny.

—¿Te hago una lista de cuántos están sufriendo por culpa de esto, incluidas mis hijas?—le preguntó papá—. ¿A Robby cuánto lo ayudé?

Johnny suspiró.

》De joven, no entendía por qué el señor Miyagi huía de las peleas, pero ahora sí lo entiendo.

》No debemos luchar contra los monstruos del mundo. Ya no.

Se puso unas gafas de sol antes de irse.

Miré preocupada por donde se había ido.

[...]

Johnny se paseaba por nuestro salón.

—No lo entiendo—habló—. "No estar allí" es una cosa, pero ¿que LaRusso deje ganar a Silver?

—Ese desgraciado ha alterado a Daniel hasta niveles insospechados—dijo mi madre—. Entrará en razón. Dadle tiempo.

—No hay mucho tiempo—mencionó Chozen—. Imperio de Silver crece por días.

—Ya, pero el Valle tiene un número de niños limitado—respondió mi madre—. ¿Cuántos dojos va a poder abrir?

—No sólo abre nuevos—informé—. Sino que también se queda con los que ya estaban.

Johnny se acercó a ver lo que mostraba desde mi teléfono.

—Estoy en Topanga Karate—se escuchaba desde mi móvil—, para acogerlos en la familia Cobra Kai.

𝕷𝖔𝖘𝖙 𝖎𝖓 𝖙𝖍𝖊 𝖋𝖎𝖗𝖊 || 𝕽𝖔𝖇𝖇𝖞 𝕶𝖊𝖊𝖓𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora