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𝗛𝗲𝗮𝘁𝗵𝗲𝗿

Estaba con Robby en el dojo entrenando.
Detuve su brazo y golpeé su costado.

—Recuerda, muévete en círculos—dije.

—Por algo llegué a la final del torneo—comentó engreídamente.

—Porque no te enfrentaste a mí—respondí de la misma forma.

Soltamos uan pequeña risa.

Yo me puse en posición de pelea, lista para seguir, pero Robby me detuvo:

—Oye... Gracias—dijo.

—¿Por qué?—cuentioné, confusa.

—Hace una semana no tenía agua  caliente y ahora tengo un jacuzzi en el jardín—explicó.

—Ya me lo agradeciste—mencioné—. Además, yo no me emocionaría con el jacuzzi, el otro día vi una comadreja muerta dentro.

Soltó una pequeña risa.

—Ahora en serio, gracias—repitió—. Lo he pasado mal y es agradable que se preocupen por ti.

—Eso hacen los amigos—comenté.

Noté como tragaba saliva.

—Ya, no todos—respondió.

-Se acabó la cháchara-habló mi padre-. A ver qué tal lo hacéis.

-¿Esto es el Miyagi-Do?-cuestionó un chico entrando al recinto-. Venimos por el anuncio del kárate.

-Sí, es aquí-contestó papá—. ¿Queréis empezar ya?

Los chicos asistieron.

》Hay un par de brochas ahí dentro, Robby os enseñará cómo hacerlo.

Los chicos se miraron confusos entre ellos.

-¿Nos va a hacer pintar?-cuestionó uno de los chicos.

-No os cerréis en banda, luego lo entenderéis-dijo Robby, sonriendo.

-Para entender el kárate de Miyagi-Do, tenéis que dejar de lado las ideas preconcebidas de lo que es entrenar-explicó mi padre.

-Ya sabía yo que esto no podía ser-dijo uno de los chicos-. Todo esto es un timo para que le arreglemos la casa.

-No, es para del proceso-dijo papá.

-Ya, el proceso-contestó el otro chico-. Mi madre tenía razón; vende coches, debía de tener letra pequeña.

-No quiero venderos nada, solo quiero enseñaros kárate.

-Ya, iremos al sitio de la serpiente esa-dijo uno de los chicos.

-Sí-dijo el otro antes de que se fueran.

Papá nos miró triste antes de volver a mirar como se iban los chicos.

[...]

—Gracias por venir a ver mi exhibición—le dije a Rory mientras caminábamos por el Valley Fest.

—No es nada, tengo que apoyar a mi chica—comentó.

Caminamos un poco más hasta llegar frente al escenario.

—Bueno, debo irme—mencioné—. Ya falta poco para mi exhibición.

—Bien, estaré aquí viéndote—dijo—. Luego te busco.

Yo asentí mientras que él dejaba un pequeño beso en mis labios antes de ir a la parte trasera del escenario donde Robby calentaba.

—Hola—le dije.

𝕷𝖔𝖘𝖙 𝖎𝖓 𝖙𝖍𝖊 𝖋𝖎𝖗𝖊 || 𝕽𝖔𝖇𝖇𝖞 𝕶𝖊𝖊𝖓𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora