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𝗛𝗲𝗮𝘁𝗵𝗲𝗿

Llegué a la cocina para desayunar seguida por Sam cuando pude ver a mis padres ahí sentados.

-Buenos días-habló mi madre.

-¿No os sentais?-nos preguntó papá.

Miré a Sam, confusa. Ella parecía estar igual.

Ambas nos sentamos.

》Acabo de preparar el té que compré en Okinawa.

-Estáis muy raros-comenté.

-Sí, ¿qué pasa?-cuestionó Sam.

-Hemos estado hablando de cómo lidiar con Cobra Kai-explicó mi padre.

-¿Ah, sí?-pregunté.

-Siento haberme enfadado al veros entrenar a los demás-se disculpó mamá-. No sabía lo que estabais pasando.

》Intentamos arreglarlo, pero...

-Con lo que estáis pasando en el instituto como esos violentos-continuó mi padre-, queremos que puedas defenderte.

-¿Eso qué quiere decir?-cuestioné.

-Papá va a reabrir Miyagi-Do-anunció mamá-. Y estoy de acuerdo al cien por cien.

-¿Qué me decís?-cuestionó papa-. ¿Listas para volver a la acción?

-No-respondió Sam, levantándose.

-Sam-la llamó papá, siguiéndola.

-¿Sabes qué le pasa a Sam?-cuestionó mi madre.

-Está muy asustada desde la pelea en los recreativos-respondí.

-Iré con papá a hablar con ella-dijo mientras se levantaba.

[...]

Estaba aparcada a unos escasos metros de las escaleras de la correccional.

Robby salía hoy, pero mi padre también estaba aquí y yo se suponía que debería estar en el instituto.

Al estar lloviendo, decidí venir con el coche arriesgándome más a que mi padre me viese.

Vi a Robby bajar las escaleras, parecía molesto.
Hice sonar el claxon llamando su atención, al ver que era yo, se acercó.

-Hola-le dije cuando subió al coche.

-Hola. No sabía que vendrías-comentó.

-Se supone que debería estar en el insti, pero bueno, me apetecía más venir a por ti-comenté.

-Gracias-dijo con una pequeña sonrisa.

-De nada-respondí-. Además, estaba lloviendo y sabía que con mi padre no te irías.

-Obviamente no lo haría.

-Y bueno, ¿qué? ¿Tienes pensado besarme?-le pregunté.

Él sonrió antes de acercarse y besarme tiernamente.
Acaricié su cuello en el beso.

Tuvimos que separarnos por falta de aire.

-Echaba de menos besarte-dijo.

-Es que han pasado casi cuatro meses desde la última vez que nos besamos.

-Joder, cuatro meses-repitió-. ¿Cómo sigo vivo?

𝕷𝖔𝖘𝖙 𝖎𝖓 𝖙𝖍𝖊 𝖋𝖎𝖗𝖊 || 𝕽𝖔𝖇𝖇𝖞 𝕶𝖊𝖊𝖓𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora