𝕷𝖔𝖘𝖙 𝖎𝖓 𝖙𝖍𝖊 𝖋𝖎𝖗𝖊 || 𝕽𝖔𝖇𝖇𝖞 𝕶𝖊𝖊𝖓𝖊

•37•

𝗛𝗲𝗮𝘁𝗵𝗲𝗿

Estábamos Yasmine, Moon, Sam y yo tomando el sol en las hamacas del parque acuático, hacía un buen día y, los de Miyagi-Do y Colmillo de Águila, habíamos quedado ahí. El problema era que los Cobra Kai también se hallaban en el lugar.

—Anthony, deja de mirar a mis amigas—habló Sam hacia mi hermano pequeño, el cual, ya no era tan pequeño.

—Am... no las estaba—titubeó Anthony—... mirando.

Moon soltó una risa 

—Empieza el insti en otoño, ¿no?—cuestionó Yasmine—. Vamos a torturarlo. Decirle que he preguntado si va al gimnasio.

Puse una mueca.

—Paso de vosotras—les dije apartando mi mirada de ellas.

—Oye, Heather—me dijo Moon—. ¿Qué tal tu experiencia de Come, reza, ama?

—Pues mejor de lo que esperaba—respondí—. Está bien centrarme un poco más en mí misma, sin líos de kárate.

—¡Hola, cariño!—se escuchó la voz de Eli quien venía con Miguel.

Moon lo saludó con la mano antes de mirar a Sam.

—Lo siento, olvidé que vendrían—comentó Moon—. Si quieres les digo que quedamos luego.

Sam y Miguel habían cortado hace unos días, hacía un tiempo que había tensión entre ellos y Sam decidió tomar medidas.

—No. En algún momento debía pasar. No importa—respondió mi hermana—. Miguel y yo somos amigos.

—¿Qué tal?—preguntó Eli sentándose entre Yasmine y Moon para luego besar a esta última.

—Hola, ¿qué tal, Sam?—preguntó Miguel, torpemente.

—Hola—saludó Sam—. Estoy... sí. Quiero decir: estoy bien. ¿Y tú?

—Yo genial. Bien—respondió Miguel.

Los miré con una mueca.

》Sí. ¿Hay alguien...?

—Sí. Quiero decir: no—respondió Sam con torpeza—. Pero... Sí, puedes... Adelante.

—Vale—dijo Miguel.

—¿Estoy viva?—cuestionó Yasmine—. ¿O me acabo de morir de vergüenza?

—Puede que la segunda—le dije, divertida.

Me giré y pude ver cómo Robby entraba al parque. Este intercambió unas palabras con Tory antes de buscar a alguien con la mirada, o al menos eso parecía. De repente, sus ojos cayeron en mí. 

Me saludó con la mano., le devolví el saludo.

—Robby te ha saludado, ¿no?—me preguntó Moon.

Asentí.

》¿Por qué no vas con él? 

—Siento meterme en la conversación, pero es un idiota—dijo Eli.

Miré a Eli en silencio antes de mirar a Robby.

Finalmente, me levanté y fui a donde estaba Robby.

—Hola—lo saludé al llegar frente a él.

—Hola—dijo—. Te ves mejor que la última vez que te vi.

—Gracias, supongo—respondí.

—¿Qué tal?

—Bueno, he estado mejor—contesté.

—¿Y eso?—preguntó frunciendo el ceño.

Negue con la cabeza.

—Pienso demasiado—respondí.

—¿En qué? 

—En el resultado del torneo—dije.

—No te preocupes por eso, ya derrotaremos a Cobra Kai—respondió.

Lo miré frunciendo el ceño, confusa.

—¿Derrotaremos?

—No volveré a Cobra Kai—informó—. Además, he arreglado las cosas con mi padre. No tengo motivos para estar ahí.

No pude evitar que las comisuras de mis labios se levantaran.

—Eso es genial—le dije—. Yo creo que ya no volveré a kárate, pero bueno.

—¿Por el torneo? No puedes dejarlo por haber perdido—habló—. Yo mismo quedé en el mismo puesto que tú.

—Ya, pero Miyagi-Do ha cerrado por mi culpa, en cambio, ningún dojo ha cerrado porque tú hayas quedado el segundo—respondí.

—No te preocupes por eso, seguro que Miyagi-Do vuelve a abrir—dijo.

—Pues, si abre, yo no estaré ahí—contesté.

—¿Estaré yo, y tú no?—cuestionó—. ¿O ahora te harás una Cobra a mis espaldas?

—Sí, claro—dije con una pequeña sonrisa.

—Me gusta más verte así, sonriendo—mencionó con una sonrisa—. ¿Vamos a algún tobogán?

—Está bien—accedí.

[...]

—No sabía que vendrías—le dije a Robby mientras tomábamos el sol en unas tumbonas tras habernos tirado por unos cuantos toboganes—. Aunque debí suponerlo al ver a Cobra Kai aquí.

—Yo tampoco esperaba verte aquí—comentó—. Pero he de admitir que ha sido una agradable sorpresa.

Le sonreí mientras lo miraba.

—He de admitir que Cobra Kai te ha sentado bien—mencioné—... físicamente.

—Es una forma rebuscada de decirme que estoy bueno—dijo, divertido.

Solté una risa.

—Pues sí, lo estás—aclaré.

Me miró en silencio.

—Oye, luego te ape—trató de decir, pero fue interrumpido por unos gritos—... Joder.

Se levantó y se metió en medio de la pelea que había entre los Cobras y los Miyagis.

Rodé los ojos para, después, tomar mi móvil.

Noté como Anthony se sentaba a mí lado.

—¿Estás bien?—le pregunté.

—Sí, solo ya me he cansado—respondió.

Fruncí el ceño pero no dije nada.

[...]

Las peleas entre dojos no cesaron, de hecho, fueron en aumento.

Trataba de no centrarme en eso, pero gritaban demasiado haciendo que me enterara de todo lo que pasaba.

—¡Se acabó!—escuché que gritaba el socorrista. Levanté mi mirada y vi como separaba a Robby y a Miguel—. ¡Todos fuera de aquí! ¡Ya!

Rodé los ojos mientras guardaba mi móvil en mi bolsa.

—Vámonos, Anthony—le dije a mi hermano antes de salir de ahí.

02•09•2023
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