•50•

468 39 21
                                    

𝗛𝗲𝗮𝘁𝗵𝗲𝗿

Tomé una manga pastelera para colocar frosting de color rosa sobre unos cupcakes que había hecho para la revelación de sexo del hijo de Carmen y Johnny.

—Somos unos chefs increíbles—habló Robby mientras ponía frosting azul en otros cupcakes—. Mira que obras de arte.

—Espero que sepan bien—comenté mientras terminaba el último de la bandeja.

—Oh, vamos. Todo lo que hacemos es perfecto—dijo él—. Nuestros hijos serán la prueba de ello.

Le miré con una sonrisa.

—Espérate a que tu hermano o hermana tenga nuestra edad para eso—respondí.

—Lo sé, antes tengo que recorrer con su madre todo el mundo—habló terminando con su bandeja él también.

Me acerqué para darle un tierno beso.

—Te amo—le dije.

—Yo también te amo.

Le sonreí antes de tomar la bandeja que había preparado para llevarla a la mesa de la cocina, Robby repitió mi acción.

—Mmm... Eso tiene buena pinta, chicos—comentó mi padre—. ¿Puedo coger uno?

—Espérate a que empiece la fiesta—respondí—. Además, aún hay que terminar de decorarlos.

—Vale... pues avisadme cuando pueda comer, no quiero quedarme sin—dijo

—Le guardaremos uno—aseguró Robby.

—Muy bien—respondió papá antes de irse.

Sam apareció en su lugar.

—¿Necesitáis ayuda?—cuestionó.

—Pues sí, hay una bandeja en el horno que debe de estar ya—respondí—. Traéla y la decoramos.

Ella asintió.

—¿Qué prefieres que sea?—me preguntó Robby.

—Honestamente, me da igual—respondí—. Aunque he de admitir que si es niña me hará un poquito más de ilusión.

》¿Y tú?

—Lo que sea me va bien—contestó.

—Neutral, entonces—mencioné.

—Ajá.

—Otra bandeja por aquí—comentó Sam.

—Sí necesitais más ayuda...—ofreció Miguel.

Una especie de explosión se escuchó provocando un silencio en la cocina.

De repente, Johnny apareció manchado de rosa.

—El paquete ha llegado antes—habló Carmen.

—Creo que es una niña—mencionó.

—Me muero por conocerla—dijo Carmen—. Y de que conozca a su papá.

Ella y Johnny se abrazaron.

—¡Es una niña!—exclamó mamá, emocionada.

—Qué bien es una niña—le dije a Robby para luego abrazarlo.

—Lo que tú querías, aunque dijeses que no lo preferías—mencionó.

Solté una pequeña risa en el abrazo.

[...]

E

ntrenaba con Tory, por muy raro que sonase, estábamos realizando una kata en una de las plataformas del dojo.

𝕷𝖔𝖘𝖙 𝖎𝖓 𝖙𝖍𝖊 𝖋𝖎𝖗𝖊 || 𝕽𝖔𝖇𝖇𝖞 𝕶𝖊𝖊𝖓𝖊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora