Effy.
Abrí los ojos y sentí un fuerte dolor de cabeza. Suspiré y cerré los ojos deseando poder volver a dormirme. Sinceramente no se me ocurría que hacer, no le encontraba sentido a levantarme, es decir, no haría nada más que pensar, fumar, llorar y pensar de nuevo.
Dios, realmente necesito encontrarme un trabajo o algo así.
Sentí unos golpes en la puerta de mi habitación y me incorporé.
-¿Effy?- dijo mi madre.
-Pasa.
Ella entró y me sonrió.- Debes tomar los medicamentos.
-Está bien.- ella me tendió las pastillas y un vaso de agua. Metí las pastillas en mi boca y fingí tragarlas.
-Está el desayuno pronto, baja y así comemos juntas ¿sí?
Me iba a negar pero me di cuenta de que después de todo lo que la hice pasar era mejor sólo comer con ella, después de todo, era sólo un desayuno.
-Ahora bajo.- ella asintió y se fue cerrando la puerta. Me levanté y fui al baño, escupí las pastillas y abrí la canilla esperando que se fueran por el caño, y así fue. Me lavé la cara y suspiré mirándome al espejo.
-Eres patética.- murmuré. Tal vez debería haber tomado las pastillas, no sé, tal vez las necesitaba.
No.
No necesito pastillas.
No estoy mal.
Salí del baño y bajé las escaleras hacia la cocina. Mi madre estaba sentada y había dos tazas de café sobre la mesa, había un plato con tostadas y otro con galletas. Mi madre me miró y sonrió.
-Siéntate cariño.- me acerqué con temor y me senté.
Ni siquiera recordaba la última vez que me había dicho cariño.
-Effy yo quería disculparme, sé que en este último tiempo no he estado para ti y tienes todo el derecho de enojarte conmigo por eso, tú necesitabas ayuda y yo no pude verlo. Eso habla mucho de como soy como madre, pero lo único que puedo decir es que lo siento y que espero que me des la oportunidad de hacerlo mejor, lo siento mucho Effy.
¿Qué?
Me aclaré la garganta sin saber que responder.
-Effy, ¿me has oído?
-Uhm, no tengo hambre, creo que iré a mi habitación gracias.- corrí a mi habitación y me encerré.
¿Y si estaba arrepentida de verdad?
No te ama, por dios.
Si, sólo lo dice porque no quiere que me agarre un ataque y la mate.
Sólo quiere que te mueras de una vez y dejes de ser una carga para ella, ahora que estas loca eres incluso peor, porque tendrá que pagarte la terapia y encima tendrá que aguantarte. Probablemente se pregunta todas las noches por qué no te abortó.
Mi estómago se revolvió y sentí unas nauseas horribles, corrí hacia el baño y vomité.
Salí del baño y caminé algo mareada hasta mi cama y me tiré en ella, me tapé y abracé a mi almohada mientras lloraba. Un rato después sentí unos golpes en mi puerta, suspiré.
-¿Sí?- dije.
-Effy, tienes visitas.
-No quiero ver a nadie.
-Está bien.
Un rato después volví a sentir los golpes en la puerta.
-¿Qué?- dije seca.
ESTÁS LEYENDO
Lost in the darkness (editando)
Подростковая литература"¿Puede un corazón que ha sido destrozado volver a sentir?"