Lost in the darkness (editando)

Capitulo 27: "Por favor sácame de aquí"

Harry.

Abrí los ojos y miré a mis alrededores, estaba en casa, la pesadilla se había terminado. Emily salió de no sé dónde y me miró desde la puerta.

-¿Te sientes mejor?

-¿Mejor de qué?

-¿Otra vez? Deja de drogarte, te sienta mal.

-No me drogué, sabes que no consumo drogas.

-Oh por favor Harry, ambos sabemos que no es así, deja las mentiras para papá.

-No te miento.

-Ya déjalo.

-¿Puedes decirme que pasó ayer?

-¿Ayer? Hace unas horas cariño.- rodó los ojos.- Estabas sentado en la mesa, tenías un cigarrillo en tus manos, y una vaso de whisky en el otro. Mirabas al frente y no hablabas, ni siquiera parpadeabas, tu ritmo cardíaco era muy lento y pensé que estabas muerto. Te grité y empezaste a respirar muy rápido, como si estuvieras entrando en un ataque de pánico, te inyecté un calmante y te fue sedando, te dormiste hace una hora mas o menos y acabas de despertar.

-¿Qué?

-En serio, deja las drogas.- sonrió.

Oh por dios, me estoy volviendo loco.

-No te preocupes, ya pasara.- trató de calmarme, pero no era mi estado lo que me preocupaba, es decir, yo sabía que las únicas drogas que había consumido eran el whisky y el cigarrillo. Si no me acordaba era por otra cosa, tenía que ver con mi salud mental.

-¿Y por qué viniste?

-Papá está muy triste y estoy preocupada por él. Necesito que me ayudes.

-¿Daphne ha vuelto?

-No, creo que esta vez no volverá.

-¿Cómo pudo dejarlo?

-No lo sé, creo que estará mejor sin ella.

-Tú estarás mejor sin ella, pero él la quería mucho y no sé si soporte otro abandono por parte de alguien que él quiere.

-¿Dices que se suicide?

-Con la angustia y dolor que siente si no se suicida, tarde o temprano, la tristeza lo matará y la verdad para verlo empeorar hasta morir prefiero que se termine antes.

-No hables así de papá, es todo lo que tengo.

-Me tienes a mí, además debes dejar ir a papá de una vez, no tiene sentido que siga viviendo si no quiere.

-¡Deja de hacer eso!

-Está bien, lo siento.- me disculpé. Había sido muy duro, pero es la verdad y Emily lo sabía.

-¿Qué te tiene triste?

La miré.- Tú sabes.

-¿No has vuelto a verla?

-No.

-¿La extrañas?

-Si.

-¿Y por qué no la buscas?

-Porque parece que está mejor sin mí.- miré hacia abajo tratando de no llorar, Emily me miró tristemente y me acarició la mano suavemente. Se levantó y se fue cerrando la puerta y un rato después sentí la puerta de la entrada golpearse al cerrarse.

Me levanté suspirando, no tenía tiempo para sus estupideces, ella es sólo una niña simplemente no entiende como son las cosas, cree que es sólo ir a buscarla y todos felices.

Ojalá así fuera.

Abrí el mueble buscando algo fuerte para calmarme. No tenía nada, ni siquiera un ron o algo, nada.

Salí del apartamento en busca de algo para beber, entré en el supermercado y tomé una botella de vodka, me di la vuelta y caminé hacia la caja.

-Mh ¿Harry?- escuché una voz, miré en dirección a ella...

Effy me miraba nerviosa, se la veía mejor, no sé, no tan muerta.

-¿E-Effy?-tartamudeé como un idiota.

-¿Cómo has estado?- me preguntó y me sorprendí, no pensé que realmente le importara.

-No lo sé, bien supongo, ¿tú?

-Cómo siempre.- se encogió de hombros. La conversación había terminado y probablemente no volvería a verla... así que me decidí por actuar, no perdía nada.

-Yo... te he extrañado ¿sabes?- le dije y al instante mi voz se quebró.

-Harry, no hagamos esto ¿sí? No nos hace bien, no tiene sentido.- dijo fría. Sus palabras se clavaron en mi corazón como dagas afiladas, me dolía que le restara importancia a algo que era mi vida prácticamente.

De repente me abrazó, yo no tardé en corresponder ese abrazo. Me sentía completo y vivo otra vez, había extrañado tanto esa sensación de felicidad. Hacía mucho que no me sentía así, no sabía como expresar mi felicidad, pero me sentía vivo. Ella recostó su cabeza en mi hombro y se sintió tan bien. La había extrañado tanto.

Pero a la vez no entendía porque hacía esto, es decir, luego ella se iría y esto quedaría como otra muestra de nuestro amor que ella no puede ver. No quiero ser pesimista pero no quiero que esto siga pasando.

De repente tomó mi mano y salimos del lugar tomados de la manos. Yo estaba alucinando o algo así, esto no podía estar pasando.

-Effy...- empecé a hablar pero ella me interrumpió con un beso, y joder, ya no me importa nada de lo que había dicho antes, ahora sólo estaba este momento, este beso tan especial para ambos. Al separarnos ese momento mágico se cortó pero sus siguientes palabras fueron lo que necesitaba para volver a sentirme bien.

-Por favor sácame de aquí.- me dijo. Esto no estaba pasando, era otra de mis alucinaciones, ella no estaba aquí y no me estaba diciendo esto.

Sonreí y caminamos hacia una cafetería, al llegar entramos y nos sentamos en una mesa, su móvil vibró y ella lo tomó. De repente sus ojos se abrieron ampliamente y su móvil se cayó, sus manos temblaban y su respiración se agitó. Levanté el celular y no pude evitar leer loque decía.

Era un mensaje, de ese tal Brad, decía "zorra" y había una foto adjunta de Effy y yo besándonos. Me enfurecí tanto que no pude controlarme, salí disparado hacia la calle y al verlo me asusté, pero luego lo reconocí y corrí hacia él tirándome casi encima de él. Comencé a golpearlo en la cara y sacar mi furia, él estaba indefenso. Luego sentí unos brazos delgados rodearme y una voz aguda gritar. Miré hacia atrás y vi a Effy llorando tratando de que lo dejara. Miré asustado hacia el tipo y miré mis manos llenas desangre. Effy se recostó en una pared y arrolló las rodillas, escondió la cabeza en ellas y me di cuenta de lo que se venía. Empecé a hablarle pero no me respondía, ella susurraba cosas que no lograba entender y temblaba. En un momento dejó de temblar y dejó de hablar, aun respiraba pero era tan pausadamente que me preocupaba. Abrió los ojos y me miró asustada.

-Vi mi vida pasar frente a mi ojos, fue algo tan extraño.- murmuró.

-¿Estás bien?

-Si, eso creo.- la ayudé a levantarse. Se quedó un extenso rato sólo mirándome a los ojos.

-Debo irme.- dijo y se fue. La vi caminar rápido y empezar a correr. Probablemente no volvería a verla. Este sí era el fin de mi felicidad.

Caminé hacia mi casa y al llegar me tiré en la cama y me tapé hasta la cabeza intentando dormir y no llorar.

Aunque mis intentos fallaron...