~• Capítulo 13 •~

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Mazikeen

27 de diciembre de 2015

Habían pasado cinco días si no mal recuerdo que le partí las piernas a mi nuevo jefe. Aquí estaba, en la seguridad de las paredes de mi apartamento mientras me limo las uñas con mis pies encima de la mesa escuchando música.

Mi celular no hacía nada más que sonar, con solo ver el nombre no descolgaba. He recibido miles de llamadas de Damon y mi padre las cuales he ignorado.

Crucé mis piernas sintiendo la vibración del teléfono viendo el apodo que le puse a mi padre en él.

Acomodé mi cabeza dejando lo que estaba haciendo hundiéndome en la comodidad y las notas de la música que sonaba del altavoz. Hasta que escuché el pitido del ascensor y las puertas abrirse.

Ya sé quién era por los pasos rápidos que se dirigían a mí — Eres una hija e puta, mal parida, desgraciada — dice Sebastián enojado asomándose a verme aún extremo del sofá — No contestas a mis llamadas, niña arrogante.

Él decía esas palabras porque no me afectan, si fuera así el jamás pronunciaría esas palabras — Buenos días Maze, ¿qué tal? Todo bien papá — digo en un tono sarcástico mientras sonreía de la misma manera mirando a mi padre parpadeando. Enseguida cambié mi expresión fulminando con mi mirada.

Se cruza de brazos enojado. Desvié mi mirada volviendo a mi trance de antes ignorando su presencia — ¡Mazikeen González! — seguí ignorando.

La música se paró, ya sabía que había sido él. Me dio igual que lo hiciera — Mazikeen mírame — me llama por mi nombre completo, eso es que sí que lo he enfadado mucho. Solo abrí un ojo — ¿Sabes las consecuencias que van a venir por partirle las piernas al rey de la mafia?

Me salió una risa irónica, me empecé a reír — No, deben de temerme no enfrentarme.

— He tenido que convencerle para que no me matará — eso hizo que levantará la cabeza llamando mi atención del todo — Le he prometido que irías a él a pedirle disculpas de rodillas, si no lo haces nos matará a los dos — fruncí el ceño.

¿Matarme a mí? Me ha visto pelear, así que tiene que saber perfectamente mi habilidad.

Me levanté del sofá sin decir ni una sola palabra — ¿Dónde vas?

Caminé al ascensor — A disculparme — le dediqué una sonrisa y luego una mirada de odio.

Ya sabía por esa última mirada que no iba a disculparme — ¡No, Maze! — no le dio tiempo a alcanzarme porque ya se cerraron las puertas.

Voy a reventarlo hasta que me suplique que pare, y me pida disculpas él a mí de rodillas.

Abrí la puerta de mi Mercedes, no me apetecía para nada coger la moto. Un agarre en mi brazo paró mis movimientos.

Giré mi cabeza hacía mi padre que estaba muy agitado — No te metas más en líos, por favor — sus ojos me lo suplicaban. No pienso dejar que ese cabron me subestime y amenace a la persona más importante de mi vida, ese es mi padre.

Me solté de su agarre — No — digo rotundamente — No pienso disculparme con una persona que ha amenazado a mi única familia. Si lo hubiera pedido de otra manera puede que sí, pero de esta forma no — me alejé — Ahora si me disculpas voy a darle una advertencia a ese supuesto rey de la mafia.

Me metí en el auto, pero no me dejó cerrar la puerta — Solo quiero que evites problemas

Reí — Papá, soy el problema en persona — al final digo sería. Si te metes conmigo ya te has buscado un problema.

Amor perverso ✓ Completa [#II Saga emperadores de la mafia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora