~• Capítulo 31 •~

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Mazikeen

23 de septiembre de 2016

Estuve quieta sin salir del coche en la puerta de mi apartamento como media hora sin parar de darle vueltas a la cabeza.

Pensé realmente que él nos ayudaría. Joder, es su amigo. Ahora se ve que nadie le importa, nada más que él mismo.

Paso las manos por mi cara y por fin decido salir del coche a paso lento. Escuchaba voces a mi alrededor, pero es como si no escuchará nada.

Mi vista estaba en negro. No podía ver nada, ni siquiera podía ver lo que estaba haciendo.

— ¡Maze! — Una voz que gritaba mi nombre, creo que la conozco.

Entonces vi una luz. Mi padre siempre me decía que si en la oscuridad veo una luz corre hacia ella. Así que eso hice, correr hacia la luz y cuando lo hice volví a la realidad.

Observo a mi alrededor, estaba de rodillas en el suelo siendo sujetada por la cintura aprisionando mis brazos por Nickolay, y enfrente mía había muchísimos platos rotos.

Ya sabía los que había hecho y no lo recuerdo.

— Ya a vuelto en sí, —habla Evans agachándose a recoger los trozos.

Nick me suelta, y me llevo las manos a la cabeza por un momento. Me agacho para ayudarle a recoger el desastre que acaba de montar.

Nos quedamos en silencio hasta que no estuvo todo recogido.

Me senté en uno de los taburetes pensando en que hacer, sino me va a tocar entregarme.

— No nos has dicho nada desde que has llegado, —dice el moreno sentándose a mi lado.

— No quiero hablar del tema. — Me cubro la cara contra la mesa y mis brazos.

— Eso quiere decir que no nos ayuda, —añade Evans.

No digo nada, ni una palabra. Mi garganta se contrae, empezó a sentir una gran pesadez en mis hombros, me estaba costando respirar y mucho.

Empiezo a mover la pierna rápidamente. Los dos lo notan, —Maze, debes calmarte, —dice Nick.

— ¡No me digas lo que tengo que hacer!, —le grito.

Me levanto del taburete, necesitaba aire, poder respirar. Lágrimas empezaron a salir de nuevo, corro hacia la terraza quitándome la chaqueta azotándome el frío del país en toda la cara.

Acabé quedándome en sujetador agarrándome de la barandilla. Los dos hombres me siguieron.

— Vas a coger una pulmonía, —dice el rubio.

— Me importa una mierda, solo quiero respirar. Qué todo esto sea un sueño, quiero despertar y que mi padre esté a mi lado, —digo entre sollozos.

Nadie dice nada, solo esperaba a que me calme, si no suelto lo que me ha pasado con Damon se me va a enquistar, —me humilló.

— ¿Qué? — Dicen ambos al unísono.

Al parecer no me escucharon, — ¡me humilló joder! ¡Hizo que me arrodillara delante de dos miembros del ejército rojo!, —grito. — Luego me agredió dándome una patada en el pecho, me dijo que me buscará la vida, no nos va a ayudar.

Escondí mi rostro en la barandilla sin poder dejar de llorar.

— Voy a matarlo, —levanto la cabeza cuando Nickolay dice eso, le miró cuando ya estabas de espaldas, estaba saliendo de la terraza para ir a por su hermano.

Amor perverso ✓ Completa [#II Saga emperadores de la mafia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora