~• Capítulo 58 •~

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Nickolay

Había pasado un mes medio tranquilos. Mucho caos sobre todo en la boda de mi primo, eso fue una de las peores experiencias que pudo vivir Iván en un maravilloso día en el que se casaría después de estar juntos tanto tiempo y ser jodido por una bomba, mi hermano herido, la muerte de mi nana Ivanna.

Fue todo una mierda, bueno casi todo. Goran el serbio por fin pidió tregua al ver que estaba perdiendo, por fin podíamos descansar de tantos muertos.

Hoy es un día especial y es el cumpleaños de mi mujer, que está plácidamente durmiendo en la cama. No entiendo cómo puedes dormir así de bien con los gatos corriendo por todas partes y mordiéndonos los pies.

Odio vivir entre estas cosas peludas que dejan pelos por todas partes. Estar todo el tiempo quitando pelos naranjas, grises y negras es estresante, aunque cuando me encuentro pelos negros no sé si son del gato o míos.

Ahora estoy aprovechando de que lo gatos duermen con Maze para quitar todos los pelos. De todo lo que saque se podía hacer otro gato.

¿Quién me mandaría a mí regalarle dos gatos? Solo me dan problemas. Mejor me pongo al trabajo y dejo de pensar porque si no me voy a enfadar a buena mañana.

Después de tomarme el café me puse al trabajo y nada más sentarme Ares estaba sentado en la escalera observando todo, —¿no tendrá los santos cojones de saltar desde ahí?

Y los tuvo. Movió el trasero de un lado a otro y de un salto cae de pie a uno de los sillones cercanos a la escalera, al caer maúlla.

Me llevo las manos al rostro, ¿cómo puede ser que los gatos naranjas sean tan enérgicos y a la vez tan suicidas? Mira que Salem es enérgico, pero este le supera.

Trabajaba a la vez que no para de observar como corría por todo el departamento y sobre todo se dedicaba a destrozar con sus uñas el castillo que le construyó Maze hace unas semanas.

Esos gatos están más mimados que Alex y eso es mucho decir. Aparecen los dos gatos restantes bajando con coherencia las escaleras. Anubis se sube al sofá a mi lado, se tumba, se queda completamente quieto solo moviendo la cola.

Sin embargo, Salem fue detrás de Ares mordiéndole el trasero sin piedad y creando peleas entre ellos, aunque dice mi mujer que solo están jugado, que cuando vuelen pelos es que se están peleando.

Los ignoro completamente, me da igual, como si se matan.

Mis ojos de vez en cuando miraban a Anubis siendo el más tranquilo de los tres, pero cuando le da por ser un trasto es peor que los otros dos. El otro día se puso detrás de la televisión y la tiro al suelo rompiéndola, o le da por tirar jarrones, vasos, platos, todo lo que se le cruce por delante, o te roba la comida, como cuando le robó un pescado que estaba comiendo mi mujer, es del que menos me fio.

Escucho unos pasos descalzos que bajan las escaleras, —buenos días, Koroleva. — Digo levantando mi cabeza hacia ella. Su expresión era de insomnio total.

Se sienta a mi lado estando entre medias del gato y yo, apoya su cabeza en mi hombro, —¿ya has limpiado?

— Solo he quitado los pelos.

— Eso es lo mismo que limpiar.

Nos miramos a los ojos, tiene razón, es lo mismo que limpiar, —sí, he limpiado.

— ¿Te han dicho alguna vez que lo que tienes es tratable? No es normal que seas tan obsesivo compulsivo con la limpieza.

— ¿Y lo tuyo es lo más normal del mundo? Eres un desastre, tengo que ir detrás de tu precioso culo recogiendo todo lo que dejas por medio. Tienes que ser un poquito más ordenada.

Amor perverso ✓ Completa [#II Saga emperadores de la mafia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora