~• Capítulo 64 •~

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Maratón 5/7

Mazikeen

6 meses después.

Ahora mismo estoy subida a una camilla. Mi hijo está a punto de nacer y llevo un dolor descomunal, no recordaba que esto dolía tanto.

Me llevaron a una habitación donde tendré que dilatar, —¿es usted primeriza? — Me pregunta una enfermera.

— No, ella no es primeriza. — Contesta Nick por mí, el dolor no me dejaba hablar.

La enfermera se marcha después de asentir, —que dolor. — Digo cuando se me pasa la contracción.

— No sé lo que tiene que doler eso, —dice acercado sus labios a mi cabeza besándome. — Pero aquí estoy para ayudarte.

— ¿Y tus primos? — Rompí aguas cuando Sayna e Ivan estaban de visita. Ella también está embarazada de una niña, yo de un niño.

— Seguramente estén fuera, no te preocupes por ellos, estarán bien.

— Es mejor que Sayna no haga esfuerzos, está de seis meses.

Nos quedamos en silencio hasta que de nuevo me viene otra contracción. Me pongo de rodillas posando la mano en mi barriga muy abultada. Hago respiraciones profundas, —¿Cuándo coño me va a poner la puta epidural? ¡Esto duele mucho!

— La he pedido, así que ten paciencia. Solo piensa que nuestro pequeño por fin estará entre nuestros brazos.

— ¿A qué costo? ¿A matarme de dolor? Siento que voy a morir.

Él no puede evitar reír a carcajadas. Si supiera lo que duele esto no se reiría tanto.

Llegan a ponerme la epidural, en unas horas doy a luz a mi hijo. Nada más nacer me lo ponen en los brazos.

— Por fin está con nosotros, —digo casi sin respiración.

— Sí, nuestro pequeño Damien, Alex estará súper feliz de conocer a su hermano.

Asiento mirando a mi hijo que estaba con los ojos abiertos. Se lo doy a Nick y pueda presentarlo al resto de la familia, mientras terminan de curarme a mí.

Me llevan a la habitación donde me tenían antes. Entra mi esposo con mis suegros y cuñados, el abuelo llevaba a su nieto.

— Mi primer nieto, —dice Leonid sin parar de mirar a Damien. — Será un mimado.

— Por poco tiempo, —dice Nick entrando por la puerta. — Cuando nazca la hija de tu sobrino se le acabaron los mimitos.

— Serás mis dos consentidos, digas lo que digas, niño de mierda.

Abro los ojos ante lo que dice mi suegro, y no puedo evitar reír tapando mi cara.

Todos reímos eso incluye a Iván por muy lejos que esté de la multitud.

Cuando se le cedió a mi hijo a Damon le brillaban los ojos, no sé cómo será cuando tenga hijos, pero no puedo negar que si algún día él es padre será un gran padre.

Miro al fondo, fuera de la habitación estaba Amelia cruzada de brazos mirando a todos lados, menos aquí.

Entonces aparece la embarazada número dos, bueno ahora es la embaraza uno y no tarda mucho he darle cariño a mi hijo. De vez en cuando miraba su estómago bastante abultado.

Poco a poco la gente se iba. Me siento tan cansada que me quedo dormida, pero escucho dos voces, la de mi hombre y Amelia.

— Te he visto un poco distante con la situación, Lia.

Amor perverso ✓ Completa [#II Saga emperadores de la mafia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora