Capítulo 7

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Septiembre 10


Los rayos de luz hacen su aparición en el horizonte, bañando de su luz cada centímetro del lugar. Un nuevo día dando fin a esta semana, el clima a primera hora de la mañana empieza a subir tanto que al regresar sé que mi temperatura estará por los cielos ante el inmenso calor que pronostican los cielos, a menos que llueva. Cosa que ya no sería tan extraño para mí.

Junto al jeep están las seis chicas, y lo que mejora mí mañana es ver esa horrible mochila. Lo que para mí es raro ya que pocas cosas mejoran mis mañanas. Al sentir mi mirada, ella me mira con reto levantando su ceja lo que me hace sonreír. Es como ver una tormenta en su mirada, y aun así ver que no causara tanto desastre. Reparo en su vestimenta.

Es como si fueran a una excursión del colegio, al verlas vestidas de manera idéntica. Reconozco el sueño en sus rostros, pero también debajo de todo eso está la ilusión. Una de ellas lleva una cámara fotográfica y todas llevan un pequeño bolso, verlas me hacer recordar cuando veía a las chicas viajar de excursiones, cosa que nunca hice.

« ¿Por qué pensé que darle el recorrido sería buena idea? »

« ¿Segura que no lo sabes? »

La fragancia de la hierba recién cortada impregnaba el aire, por lo que mis pulmones se deleitaban de dicho olor. La tierra mojada libera un olor que amo, y tal vez estas fragancias son las que tranquilizan mis mañanas desde que volví aquí. Es tan puro el aire que incluso siento que mi alma es purgada de todo lo malo. Petricor un palabra extraña, pero que engloba el olor que me gusta.

Pablo se acerca con Damián cargando dos enormes canastas con comida para todo un equipo para que las "niñas" no pasen hambre, palabras de Rosa no mías. Cargan todo en la parte trasera del jeep saludándolas indicándoles que pueden subir. Con el celular en mi mano, noto que Marley aun no contesta mis mensajes, y cada llamada que hago lleva directo a su buzón de voz.

Sé que es la semana más pesada para ella con el regreso de clases, y ahora que ha dejado la carrera me pregunto si ayuda a Isabella con los trámites. Aunque conociéndola, puede que haya regresado a clases y darles el gusto a sus padres. Tampoco puedo enojarme cuando la he dejado abandonada por semanas sin siquiera un mensaje de mi parte. Pero quiero decirle tanto a quien me encontré, aunque claro que si le cuento todo el panorama me hará prometerle pedirle disculpas a la llamita, y es algo que no me gusta.

Ignorando una punzada en mi corazón camino hacia el jeep, un solo asentimiento de cabeza es suficiente para un saludo para todos. Las puertas son desbloqueadas para ver como todas suben en la parte trasera dejando al borrego que ira de copiloto. Ni siquiera tengo que adivinar, al momento en que subo a mi lugar para ver la cabellera negra en ese lugar.

― ¡Arriba! ―golpeo la parte de arriba del auto ― O se quedan.

Pablo y Damián suben en la parte trasera mientras salgo de la propiedad adentrándome a los terrenos, los cuales con el tiempo que ha habido es un poco difícil al momento en que pasamos sobre posas de agua estancadas, manejar de manera brusca es algo que no es confiable, a menos que desees salirte del camino y termines empotrada entre los troncos de los árboles.

Todos se enfrascan en una conversación sobre cuán grande es el lugar, y aunque sigo el camino hacia dónde vamos vemos algunos ganados perdidos que han decidido separarse del resto para volver a los corrales. El día de mañana se llevara cabo la planificación sobre el inicio del trabajo de llano. Traer de nuevo un hato entero es algo que dura dos meses o más, aunque todo depende de cuánto ganado se encuentre.

Desde hoy en la tarde regresaran de nuevo los vaqueros conocedores del trabajo y del terreno, se alistan para el viaje mientras más o menos marcaran territorios en el mapa para buscar el ganado. Rosa los acompaña ya que ella es la encargada de cocinarles durante todo el viaje y tal vez se lleve a unos tres o más chicos. Algo que mi abuelo disfrutaba era eso, pasar casi dos meses lejos de casa recorriendo la extensa sabana en busca de su ganado.

Dejame AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora