Dejame Amarte

Capítulo 22

Después que todo dejo de importarme, hacia cosas que nunca estuvieron bien. Tener el poder sobre las personas, era algo a lo que le halle cierto gusto. De cada acción hecha, siempre se espera una reacción con la misma intensidad. Nadie tenía el valor de reaccionar, así que nunca me preocupe por eso. Yo fui la causa del dolor de muchas durante unos meses, el remordimiento era algo que se difuminaba porque nunca me importo la vida de alguien que era inferior a mí.

Ahora que todo me fue arrebatado de nuevo, por la persona que nunca pensé que haría algo así. Quizá si sea una total hipócrita con mis reacciones. A lo mejor nunca deje de ser ese ser miserable que fui. Tan solo estaba esperando algo para resurgir y mostrarles a todos que no soy una dulce paloma. Solo quizá me equivoque en pensar que Anielle solo le ha importado sus abuelo y el idiota de su hermano.

«Posiblemente.»

Cada palabra que su hermano una vez dijo mientras su sistema estaba saturado de drogas, notando la envidia que sentía por no ser como ella, se borra al ver la primera emoción real en ella. Sus ojos se encuentran con los míos y detrás de todo ese enojo, veo el dolor. En un segundo se levanta arrebatándome el celular y haciéndolo añicos en la pared viendo que la oscuridad la ha tomado por completo.

― ¡Tú no tienes ningún derecho!

― ¡Y tú no tienes el puto valor! ―explota viéndome con furia ― ¡Sabes las mierdas que tuve que hacer!

La empujo pero es más rápida empujándome con fuerza a la pared viéndome con tanta furia contenida. Me toma de la mandíbula evitando que le pegue, y me clava en la pared con su cuerpo. El aborrecimiento y la aversión por ella solo incrementa, es como si fuera el blanco de todo lo que mi padre me hizo, de todo lo malo que hay en mi vida y ni siquiera es algo justo para ella.

― ¡Las líneas que tuve que cruzar! Todo para mantener a todos a salvo sabiendo que ninguna me agradecería. Tú padre no tiene los huevos para hacer lo que yo sí puedo hacer, por más que se te enseñe cuando llegue el momento tu no tendrás el valor de acabar con ese maldito que te hizo daño. El miedo te traicionara y por eso es que prefieres morir, a dejar que te tenga de nuevo.

― Tú eres una perra...

― ¡Tú eres una puta niña que quiere todo resuelto! ―dice levantando la voz ― Por más mierdas que hayas hecho, eso no cambia en ti. Quieres llorar y gimotear como un animal herido, hazlo que me importa una mierda. Quieres maldecir a todos y querernos muertos, primero ten el puto valor de acabar con tu miedo.

»―Que mierda vas hacer si Marlowe está contigo, ¿Esconderse? ―dice con ironía viéndome con ira ― No seas ingenua y madura de una puta vez, si estas triste por tu niñez y tu mala suerte. Hay gente que ha sufrido más, pero eso no los hace reaccionar de la forma en la que tú lo haces. No tienes el derecho de señalar a nadie cuando tienes un pasado como el tuyo. Sei un libro così facile da leggere.

Acerco mi mano a la suya incrustándole las uñas cuando ejerce presión. Mi maldito orgullo no me deja decirle que me suelte, prefiero que me lastime. Sus palabras son tan reales que duelen, y solo deseo causarle el mismo dolor. Sus ojos son dos pozos negros que tragan todo a su paso, es como si ni siquiera la luz fuera capaz de iluminar algo en ella y solo lo consume. Me suelta alejándose comportándose como un animal enjaulado.

Salto sobre ella sin importarme nada, pero es como si jugara conmigo al no poder golpearla como deseo. Tiro el puño directo a su tórax y bloquea el golpe, me toma del brazo jalándome a su pecho, y como la primera vez me sostiene. Su mano en mi mandíbula me pega más a su pecho, me encarcela con su otra mano respirando pesado en mi oído.

― Ma sei stupido o cosa?

Clavo mis uñas en sus brazos, pero por más fuerza su agarre nunca flaquea. La presión por explotar solo va en aumento. Destruyo la única cosa que tenia de Marley. Mi juicio se nubla porque dentro de mí sé que tuve la culpa de su acción. El grito está en mi garganta pero su fuerza es tanto que ni siquiera puedo emitir algun sonido. Gruño imaginando las formas en que puede sufrir alguien que no le importa nada.