Capítulo 25

618 82 35
                                    

Marzo 2025

Observo todo pasar con rapidez, y por un momento creo que estoy inmóvil. Tan solo observando todo pasar, a veces creo que vivo en un solo momento sin avanzar. Pero no, de nuevo me encuentro moviéndome al saber que una de las trampas fue activada. Durante meses ha sido así, es estar con el equipaje preparado por si es necesario salir con urgencia. Juego con el objeto en mis manos ignorando la mirada de las dos personas frente a mí.

― ¿Tengo algo en el rostro? ―levanto la mirada para ver como solo él aparta la mirada viendo por la ventana.

Tan solo ella me sostiene la mirada. Levanto la ceja viéndola, no muestra ninguna emoción. Es como siempre ha sido desde que apareció hace unos meses. Vuelvo mi vista a la ventana cuando la velocidad se reduce y nos acercamos a uno de los aeropuertos. El avión nos espera mientras otra camioneta nos sobrepasa acelerando mis latidos.

― Es de los nuestros ―la voz de él me tranquiliza.

Asiento, al acercarnos al avión varias personas bajan de la camioneta. Tan solo una maleta me acompaña. Al momento de estacionarnos, rompo el protocolo abriendo la puerta al reconocerlo a él. Ha pasado tanto tiempo, y sin pensarlo corro a sus brazos. Lo tomo desprevenido, pero es la única persona con la que puedo sentirme segura.

― Señorita Taylor.

Me devuelve al abrazo de una manera incomoda, pero es el único que ha estado a pesar de todo. Me alejo, observo sus ojos, y son los mismos que me recibían cada que salía del internado, eran los últimos que veía al entrar. La misma mirada y la complicidad cuando me sacaba de cada problema donde yo me metía.

― Cruz ―sonrío.

Extiendo mi mano para saludarlo como se debe, aunque para mí el abrazo debió durar más. Un bufido se escucha mientras la veo pasar ignorando todo, sube las gradas entrando al avión. Levanto los hombros para que la ignore. Reconozco a varios de sus hombres.

― ¿A dónde iremos? ―suelto caminando a su lado mientras suben el equipaje.

― Es sorpresa señorita Taylor ―me sonrie ― Pero es un lugar peculiar, estaremos unas semanas ahí.

― ¿Y luego?

Muestra un gesto pensativo, señala la gradas y capto la señal. Al entrar camino hacia el asiento más lejos de todos. Cruz toma asiento frente a mí. Los demás entrar dispersándose. Abrocho el cinturón, lista para una nueva aventura. Al inicio ponía atención para saber cuál era nuestro destino. Eso nunca funciono, las malditas palabras claves eran difíciles de adivinar.

La voz del piloto se escucha y tan solo lo ignoro. Juego con el objeto en mis manos de nuevo. Muevo las ruedas de madera como distracción. Un juguete de niños, él mismo que le robe a mi abuelo de una colección que amaba más que nada. Me pareció tan lindo el caballito que lo tome prestado, luego lo perdí, y apareció a los meses pero ya no tuve el valor de devolverlo.

Un sobre es puesto frente a mí, dejo mi objeto sobre mi regazo. Al momento de abrirlo distingo el contrato que debo de firmar. Quisiera leerlo, pero tan solo lo guardo de nuevo para hacerlo con más calma luego. Pone un folder encima, y el abrirlo veo los seis informes que recibo sin falta cada mes. El primero siempre es el de la pelinegra, y tan solo lo guardo.

― ¿Algo más?

― No hay más.

― ¿Sospecha algo? ―ve hacia donde ella se encuentra sentada enfocada en su trabajo.

― No, él sabe que todo sigue en marcha. Se puso en contacto conmigo el señor Kellen.

― ¿El padre de Nate?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 01 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dejame AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora