Capítulo 18

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Presente

2024, Abril 7


Sin tener la atención de las personas me escabullo hacia mi habitación, y aunque está en perfectas condiciones como si no me hubiera ausentado meses. Sé que no encontrare algo que pueda comunicarme con el exterior. Reviso cada esquina tratando de encontrar alguna cámara, pero no creo que mi padre se atreva a cruzar la línea de vigilarme hasta cuando duermo.

Después de una pequeña ducha, sintiendo como el agua se lleva los pequeños fragmentos de la pesadilla que aún persisten dentro de mi mente. Me detengo frente al espejo que aún está cubierto por la suave tela, la quito para ver a la chica que ahora ha cambiado. Mi cabello creció tanto que roza la parte superior de mi trasero y las ondas ahora son más rebeldes que antes.

El tono de mi piel ahora lleva un leve bronceado, casi como un pequeño tono dorado. Eso hace que las únicas cosas que deseo que desaparezcan, sean más notables ante el matiz de color. Lo único que no cambia, es el color de mis ojos. Siempre manteniendo el poco brillo que la rubia trajo de vuelta, y todo regresas a ellas dos.




El color de tus ojos son como una tarde otoñalexpresa peinando mi ceja con su dedo pulgar Un café con pequeñas matices de verde, creo que será mi color favorito.




Es como si Emma fue la única capaz de hacer brillar mi mirada, de hacer latir mi corazón y de cometer las más grandes locuras por amor. Y en el momento que me la arrebataron, todo se fue con ella y volví hacer la persona que París decía que tendría que haber sido siempre. Luego un torbellino rubio apareció y devolvió parte del brillo.

― ¡Ay Marley! No sabes cuánto te extraño.

Cubro de nuevo el espejo tomando una mudada de ropa un poco más cómoda. Al salir de la habitación todo está como antes, aunque sé que la seguridad debe de estar atenta. Deambulo por los pasillos hasta la cocina donde esta Rosa con mi abuela que sonríen al verme llegar para que un plato lleno de comida y café sea puesto frente a mí. No hacen sus preguntas, cosa que agradezco mientras siguen charlando sobre lo que se hará en la noche. Por la ventana logro ver como varías personas pasan con cajas hacia la parte trasera.

― ¿Quiénes son ellos?

― Son los encargados de montar todo para la fiesta ―responde mi abuela ― ¿No faltaras a la fiesta cierto?

― Claro, no se hizo todo lo de esta madrugada para faltar a la fiesta de Jess ―señalo lo obvio moviendo mis cejas.

― Sabes si tu padre se entera, estaremos en problemas ―suelta con diversión en sus ojos, como una adolescente de nuevo.

― Estas en problemas abue, a este punto él sabe que todo fue una trampa. Pero no puede importarme menos su opinión, solo quiero tener control de mi vida de nuevo.

― El hizo todo eso por tu seguridad.

― ¿Dónde está Liana? ―pregunto desviando el tema.

― Hace una semana partió a encontrarse con tu padre, pero vienen de camino hacia aquí.

Siento que las horas serán eternas mientras deambulo con Jess y Maria para ver que todo este quedando como la cumpleañera desea. Incluso estoy tentada a robar un celular, pero es como si nadie tuviera un maldito celular en este lugar. Un carro se aparca frente a la casa, es revisado por los de seguridad, y es suficiente para que mi abuela y Rosa salgan para advertirles que es el pastel.

Dejame AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora