𝑵𝒐 𝑻𝒆 𝑬𝒏𝒂𝒎𝒐𝒓𝒆𝒔 𝑫𝒆 𝑻𝒖́ 𝑺𝒆𝒄𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂𝒅𝒐𝒓 [TERMINADA] © [1]

• Capitulo 24|"Documentos"

Caminé hasta el jardín donde se encontraba Traviss, sentando frente a dónde descansaría Kim. Me acerque a él.

—Traviss— le llamé, sacándolo de sus pensamientos.

—Si, Jade— contesto quitando sus lágrimas de su cara.

—Lo siento mucho.

—No es tú culpa. Este mundo es muy malo, nunca sabemos si volvemos a casa o si estaremos a 5 metros bajo tierra— explico dando un gran resoplo.

—Deberias descansar— sugerí.

—Lo se. Pero es que...— se detuvo a respirar para no derrame otra lágrima. —No puedo aceptar que esté muerta.

—Traviss...— comencé a contarle todo lo que había sucedido en aquel trágico momento.

(...)

—Es tu culpa— hablo, negándose se plano.

—Si lo es. Si yo me ubiera ido contigo ella estaría bien— expliqué mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.

—Jade, si te hubieras ido ella no hubiese sido tan feliz como lo fue. Tú fuiste su amiga, nunca vuelvas a decir que es tú culpa, por qué no lo es— informo Traviss dándole una última mirada a la lapida de Kim. —Hasta siempre, loca.

Mire su lapida dónde decía.

"Aquí descansa Kim Cárter"

Con la frase que había leído en su ataúd.

Y con una sonrisa entre su caos, con el corazón en la mano y el alma echa pedazos Traviss despidió a la mujer que habia amado toda su vida.

(...)

Me sentía bien gracias a Traviss. Al menos sabía que no me odiaba, y no me culpaba por ello. La muerte de Kim no sería en vano, yo aprendería a cuidarme sola, valerme por mi misma no debería que nadie más volviese a tocar a mi familia.

(...)

—Hey Jade. Tengo algo para tí— anuncio Traviss detrás de mi.

—¿Que cosa?— pregunté confundida
¿Algo?. ¿Para mí?

—Esto— saco una cadena de oro con un dije de dragón en ella, me la dió.
—Pertenecia a Kim, pero creo que ella querría que la tuvieras tú.

—He no. No puedo aceptarla— se la extendi.

—Acepatala, como muestra de gratitud. Ella decía que le daba
suerte— Traviss echo mi mano hacia atrás, hiendóse caminando hacia su habitación.

Me la coloque en el cuello. Y salí en busca de Jack, ya que en todo el día no le había visto. Mientras recorría la gran mansión Black, encontré una puerta la cual jamás había visto. Al parecer pertenecía al sótano o al menos se dirigía a ella. Me daba tanta curiosidad. ¿Entro? ¿No entro?. Una lucha entre mis ganas de entrar, tanto di que abrí la puerta caminando hacia adentro. Iba bajando escalón por escalón hasta llegar a abajo. Allí todo estaba oscuro, toque varias partes de la pared buscando el encendedor para iluminar aquel sótano. No encontraba nada por ningún lado, caminé un poco adentrandome más y más. Al seguir caminando sentí algo que golpeó mi cabeza, era el encendedor que estaba buscando. Lo agarre y tire de él para que la luz se encendiera. Cuando la luz iluminó el lugar estaba delante de un gigantesco cuadro de una familia, una pareja, 3 niños, 2 chicos y una chica, con un gran parecido a Jack, Traviss y Melizza, también se encontraba Stan. Está era la familia Black. Todo estaba lleno polvo. Habían varias cartas, fotografías, libros sobre la mesa cercana a la gran fotografia. Mientras husmeaba un poco cayó al suelo una de las cartas, la que más se destacó entre ellas. Decía: