Mis días con Stiles (editando)

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En el camino no logro dejar de pensar en lo que me espera en Beacon Hills. Los asesinatos me están comiendo viva, solo pienso en mi familia, muerta, sobre una mesa de metal, viendo como los doctores revisan la causa de su muerte, encontrando mordidas y arañazos de hombres lobo.
Se me hiela la piel por el simple hecho de pensar que en pocos días o semanas mi familia y yo podríamos estar muertas. 

No puedo dejar de ver en mi mente la imagen de mi madre cubierta de sangre o la de mi padre, llena de mordidas.

Me imagino a mi, tirada en medio del bosque repleta de...un liquido negro...si un liquido negro saliendo de mis oídos, mi boca y mi nariz.
Borro esa imagen y la sustituyo con imágenes de como podría ser la escuela.

Al cabo de un rato, logro quedarme dormida lo que sobra del camino.
Y me pierdo en los sueños.

Estoy acostada, en el...pasto, si, es pasto. Hay arboles al rededor y todo esta en blanco y negro.
A lo lejos veo a un animal, pero no es de un tamaño normal, es mas grande y sus ojos son amarillos verdosos y tiene forma humana. 

Se acerca a mi a paso lento y escucho gritos a lo lejos de una voz desconocida.
-¡Daniela! ¡¿Donde estas?!- grita una y otra vez, no se si responder o no. me quedo callada. El...hombre lobo se detiene a unos pasos de mi y me olfatea, saca sus filosos dientes, se acerca y trata de morderme, esquivo la mordida y me paro rápidamente, corro hacia mas bosque, metros y metros de bosque están detrás y delante de mi. Corro lo mas rápido que puedo mientras escucho mi nombre con una voz y el nombre de Liam con otra mas grave.

Cuando mis piernas ya no pueden mas, caigo al suelo y el lobo me alcanza, escucho pasos a lo lejos que se acercan cada vez mas, tratando de salvarme pero cuando llegan ya es tarde el hombre lobo me ha mordido el brazo derecho y de mi, sale un liquido negro. Uno de los dos adolescentes que llegaron pelea con Liam, ambos son hombres lobo, mientras que el otro trata de tranquilizarme.

-Scott-dice- No creo que podamos salvarla
De pronto siento que me sale una cantidad de líquido negro muy grande, litros y litros a cada minuto y cada vez me pongo más débil, el que trata de consolarme, me abraza y me besa la frente varias veces pidiéndome disculpas pero nose ni porque.
Mis ojos empiezan a cerrarse y la vista se me nubla, él, me limpia la boca y me besa, un beso largo y fino.

Sus ojos son preciosos y es muy apuesto. Me sonríe en un intento de dejar de llorar pero no puede me abraza y vuelve a besarme. Sus labios son válidos y me siento protegida en ellos, por un momento todo es paz y solo me concentro en sus múltiples caricias.
Siento los ojos pesados, seme cierran lentamente mientras los dos decimos al unísono.
-Te amo

Me despierto sobresaltada, ya no estoy en un bosque, estoy en el carro y mi padre sigue conduciendo mientras mi madre canta apasionadamente. Dios que sueño. 

Trato de recordar las caras que vi durante el sueño pero es como si las hubieran borrado, solo recuerdo los acontecimientos, recuerdo debilitarme y un extraño liquido negro. Y un beso. ¿En una situación así? No, no lo creo.

-¿Ya vamos a llegar?-preguntó adormilada.

-Faltan unos 20 minutos-responde mi padre. 

Después de 10 minutos mi padres me piden que me asome para ver a la escuela que iré mañana, Preparatoria Beacon Hills. 

Yo no quería venir. 

Llegamos a la nueva casa y recorro los cuernos buscando en el que me sienta as cómoda, la mudanza llegará en una media hora así que debemos elegir el lugar de las cosas rápidamente.
Hay tres cuartos, el principal y dos habitaciones iguales. En ninguna me siento cómoda, busco otros cuartos y encuentro uno hasta el fondo, es frío pero se siente acogedor, es mas o menos del tamaño de los demás pero su forma es como de un trapecio y me encanta. 

-Yo pido aquí-anunció después de seccionarme que el cuarto tiene baño propio.

-¿Ahí?-me pregunta mi madre-Como quieras pero no quiero escándalos en la noche.
Cree que tengo miedo. 

La mudanza llega y acomodan mis muebles en el cuarto, saco mis cajas y las apilo en el suelo de la habitación. Tomo mis pósters y preparo cinta para pegarlos. Los acomodo en distintos lugares de las paredes. 

Saco todas mis pertenencias y las acomodo delicadamente en mi tocador y en mis burós.
La ropa, la cuelgo toda y los zapatos los apilo debajo de la ropa. 

Tiendo mi cama con mis sabanas preferidas para sentirme en casa pero no logro hacer que esta nueva habitación se sienta tan seguro como mi anterior cuarto. 

Al final decido re acomodar algunas cosas para que se parezca mas a mi antiguo cuarto.
A las 10:50 mis párpados me piden dormir, ha sido un día agitado y tengo sueño. 

Me despido de mis padres y me meto en las cobijas, prendo la lámpara del buró y me quedo mirando el techo, imagino al espacio, ahí, reflejado por las estrellas, con la luna brillando a todo lo que da. 

Pienso en la escuela, ¿como será? Espero que este bien, con buenos servicios y materias, pero, seré la nueva, el bicho raro.
Lo ultimo que pienso es en lo que me espera mañana, antes de cerrar los ojos y perderme en mis sueños.