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Moa pov:

Me llevaban arrastrando, aún llevaba la venda y no sabía donde demonios estaba; ¿Quién putas me manda a aceptar droga de una mafiosa como Suzuka?.

Me dolía la boca horrores, estaba segura de que se me habían salido unos cuantos dientes con esa patada, mi entrepierna dolía y encima me arrastraban a Dios sabía donde.

-Dios como pesa- una de las que me arrastraba me agarró con más fuerza del brazo -¿Segura que no la mataste con esa patada Su?-

-Claro que no Saya, ¿No ves que está consciente?- dijo Nakamoto algo molesta, me tenía agarrada del otro brazo.

-¿La llevamos arriba inmediatamente?- otra de las que me llevaba me empujó y yo quedé casi de cara al piso, de no ser porque me tenían agarrada -Recuerden que las chicas están adentro y esta mugrosa está así, herida y desnuda, ¿Qué les vamos a decir?-

-Por dios Riho, Kano y Yui saben lo que hacemos, que la vean así no será nada nuevo- se escuchó el sonido de una llave y la puerta abrirse.

Me tiraron al piso y yo gemí de dolor.

-Hermosas- Suzuka sonaba más dulce -¿Podrían encargarse de ella mientras nosotras preparamos las cosas del cuarto? Es la nueva miembro de la manada-

Definitivamente me iba a morir...

-No voy a formar parte de tu manada- dije como pude, temblando de miedo y furia.

-Si sabes lo que te conviene y haces lo que te pido sin objetar- me quitaron la venda y yo tuve que parpadear para acostumbrarme a la luz -Y si quieres seguir drogándote, vas a formar parte de esta manada, te guste o no bonita- su asquerosa cara se hizo más visible y la sonrisa que tenía me dio escalofríos.

-Al menos está mejor que Ayaka- dos mujeres se me acercaron, una de ellas tenía una panza enorme, señal de un bebé pronto a nacer -La vez que la trajiste estaba peor que esta chica, ¿Recuerdas Su?, la dejaste irreconocible-

-Me hizo enojar- a Suzuka se la notaba incómoda, hizo una mueca -La tonta hablaba de más y tuve que hacerla callar de alguna forma-

Yo no me atrevía a moverme, temblaba y no miraba a nadie.

-Ven querida- me agarraron del brazo gentilmente y me pusieron una manta -Vamos a curarte y después podrás bañarte-

-¿Qué es este lugar?- pregunté por lo bajo mientras subiamos unas escaleras de madera muy pulida.

-Es la casa y cuartel general de la manada, Suzuka es la líder- dijo la más cachetona -Después está Riho, mi esposa y tercera está Momoko, la Alfa de Kano- señaló a la embarazada -Saya es la consejera de la manada y en los asuntos de la mafia-

-¿Y quien es Ayaka?- me llevaron por un pasillo corto y después por otra escalera.

-Una de las perras de Suzuka, tiene varias- Kano sonrió -Omegas desesperadas por sexo y dinero, por suerte no las trae a vivir aquí, aunque las deja quedarse-

-La tonta empezó a presumir con sus amigas del dinero que le había dado, de lo ruda que era y no sé cuantas cosas más- la cachetona suspiró -Fue algo esperable, las otras dos tuvieron que detenerla porque tranquilamente podría haberla matado-

-Aunque no dirá nada más por el resto de su vida- las dos se rieron y me hicieron entrar en una habitación muy espaciosa, parecía la de un hospital.

-¿Por qué?- las miré con curiosidad.

-Suzuka le cortó la lengua, una paga razonable por ser tan habladora- Kano me sentó en la pequeña camilla y me quitó la manta.

Feromonas y heroína (TEMPORADA UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora