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Suzuka pov:

Después de lo sucedido en la casa, otra vez, Moa había empezado a alejarse y a consumir más de lo que lo hacía anteriormente. Mantenía las dos dosis pero, analizando lo poco que había quedado en la jeringa, me di cuenta de que tenía un 65% más de heroína de lo que normalmente consumía.

-Cariño- suspiré al verla desplomada en la cama otra vez ese mismo día -Esto ya es demasiado- agarré la jeringa que tenía a su lado y la tiré a la basura después de envolver la aguja en algodón.

-No me molestes Nakamoto- dijo con los ojos cerrados -Si entendieras por lo que estoy pasando no me juzgarías de esa forma por consumir más-

-No te estoy juzgando- me crucé de brazos -Y por si no lo recuerdas yo también fui abusada-

-Ah claro, yo no puedo tratar de olvidar lo que sucedió drogandome- se sentó y se cruzó de piernas -Pero tú haces como si nada hubiera ocurrido, simplemente recordando que tienes esas putas cicatrices en tu espalda como algo normal-

-Moa...- suspiré y me apreté el puente de la nariz -No hago como si nada hubiera ocurrido, es difícil para mí olvidar también-

-Pues si te es tan difícil no me molestes por agregar más a la dosis, la heroína me ayuda a escapar de mi existencia de mierda- tenía una mirada realmente molesta, sus ojos se habían oscurecido y ahora destilaban odio -Si lo entendieras tan bien no me dirías la mierda de 'esto ya es demasiado'- imitó mi tono en forma de burla.

-Intento protegerte- dije visiblemente angustiada -Evitar que te destroces más de lo que lo haces al inyectarte esa heroína, que te quedes conmigo y pueda ayudarte a sanar con amor y contención, no que intentes escapar con más droga bebé- suspiré y la miré triste.

-En estos momentos me ayudas más no metiéndote en mi vida y estando lejos Suzuka- su tono tan duro me golpeó directamente en el corazón.

-Pues si es lo que quieres- la voz me tembló, sentía unas enormes ganas de llorar -Cuando más me necesites no me busques Kikuchi- me acerqué a la puerta.

-Al menos mi papá no me estaría tan encima como tú- otro golpe al corazón -Ojalá me hubiera quedado con él- otro más.

-Pues si tanto quieres irte con tu papi- me acerqué a mi escritorio y saqué el CD que Yoshio me había traído de la conversación grabada -Al menos date cuenta de quien te ama de verdad Kikuchi- se lo tiré directamente a las piernas.

Ella se quedó callada, mirando el disco con la misma expresión dura y llena de enojo.

-Te amo Moa- suspiré y evité mirarla, en cualquier momento me iba a largar a llorar -Solo quiero cuidarte, protegerte y lo mejor para ti, recuerda eso- salí de la habitación y me apoyé en la puerta, soltando por fin las lágrimas que tanto había evitado frente a ella.

Me derrumbé y apoyé la cabeza en mis rodillas, lloré por mucho rato visiblemente agotada, frustrada y maldiciendo mi instinto protector, a mi Alfa preocupado por su omega.

-Soy una idiota- limpié mis lágrimas con enojo y miré la puerta unos minutos ¿debía volver a entrar?... -No vale la pena ahora mismo- negué con tristeza y me alejé de ahí, debía darle espacio a Moa a pesar del dolor que me producía la situación.

Llegué a la sala y me tiré sin ganas en la silla, golpeando mi frente en la mesa y cerrando los ojos.

-¿Qué pasó?- Kano acarició mi espalda y sentí su mirada sobre mi nuca.

-Discutí con Moa- dije sin ganas.

-¿Podemos saber por qué?- escuché la voz de Riho frente a mí.

-Le dije que ya era demasiado la heroína que se estaba inyectando al verla desplomada en la cama- levanté la cabeza y se me nubló la vista al invadirme las lágrimas otra vez -Me dijo que no me metiera en su vida, que no la entendía y que mejor se hubiera quedado con su padre porque él no le estaba encima como yo-

Feromonas y heroína (TEMPORADA UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora