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Moa pov:

A la mañana siguiente me levanté con un sentimiento de derrota bastante grande y doloroso, sintiendo ganas de llorar y odiándome por confiar en la gente que no debía.

-¿Qué consejo me darías mamá?- agarré con fuerza la cadenita y suspiré con tristeza -Estoy segura de que sabrías, ¿Verdad?, tú siempre fuiste muy buena con las palabras-

Miré la única foto que me quedaba de ella, besé el cristal y después mandé uno al cielo.

-Mándame fuerzas para hoy mamá, las voy a necesitar mucho- sonreí levemente y empecé a prepararme para la escuela.

Salí preparada y suspiré al mirar el tacho de basura, aún estaba la bolsa, como necesitaba una dosis...

-Por mí que Nakamoto se muera- agarré la bolsa de la basura con furia y salí de la casa vacía y silenciosa. Tiré la bolsa al enorme tacho municipal y seguí mi recorrido a la escuela.

...

Al llegar a la escuela, las miradas, murmullos y dedos señalándome me persiguieron hasta que entré arrastrando los pies y triste.

-¿Por qué siempre tienen que mirarme?- abrí mi casillero y empecé a sacar las cosas que tenía en la mochila -Que se ocupen de sus propias vidas maldición-

-Agradece que no te acosaron a preguntas...- escuché una voz triste a mis espaldas, volteé y era Riho.

-Hola- suspiré, cerré la mochila y el casillero -¿Como que te acosaron a preguntas?-

-Empezaron a bombardearnos con preguntas sobre por qué habíamos llegado con Yui solas, sin todo el séquito- se encogió de hombros -Aquí lamentablemente no se puede ni esconder un petardo en el baño porque ya lo termina por saber todo el alumnado, vas a tener que andar con cuidado Moa, porque también querrán preguntarte a ti qué pasó-

-¿Sabes algo de Nakamoto?- me crucé de brazos y empecé a caminar con ella por el pasillo, las miradas y los murmullos otra vez nos siguieron.

-No sé nada de Suzuka desde ayer- suspiró y se acomodó mejor la mochila -Ninguna de nosotras ha hablado con ella, están todas demasiado molestas y decepcionadas para únicamente decirle insultos al teléfono si se atreviera a llamar-

-¿Así que lo saben?- la miré triste.

-Nos contó lo que planeaba hacer- negó con la cabeza y puso una mueca -Decía que no quería que te hicieran daño el viejo y la perra de la hermana, pero nosotras sabemos de lo que ella es capaz de hacer con tal de proteger al clan, así que no sé por qué les tiene tanto miedo-

-¿Dices que me dejó únicamente por miedo?- la miré incrédula -Debes estar de broma-

-Mira, no se lo digas a nadie- me agarró del brazo y me detuvo frente al aula de la clase 1-C -Pero entre nosotras siempre tuvimos dudas con respecto a eso, ya que no es muy de Suzuka el temerle a alguien- miró alrededor.

-¿Qué clase de dudas?- levanté una ceja confundida.

-¿Alguna vez le viste las cicatrices que tiene en la espalda?- suspiró y siguió mirando alrededor con aire sospechoso -Nunca se atrevió a contarnos que fue lo que sucedió, créeme que son muchas; cada que le preguntábamos que era lo que le había pasado para tener esas cicatrices se ponía nerviosa, temblaba Moa y se encerraba hasta que nos olvidábamos del tema-

-¿Creen que sufrió de abuso o algo por el estilo?- fruncí el ceño, la verdad en esa retorcida familia podía ocurrir cualquier cosa...

-No tenemos ninguna certeza, pero esa es la que más pesa cada que hablamos cuando ella no está- Riho suspiró triste -Podría haber sido un accidente, producto de alguna pelea, la realidad es que no sabría decirte Moa-

Feromonas y heroína (TEMPORADA UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora