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Moa pov:

La felicidad no cabía en mi pecho, iba tener un hijo con Suzuka, sentía que todo en mí se calentaba con un amor enorme por aquél pequeño ser que ni siquiera iba a nacer aún.

-Ve a decirle a Su- Kano sonrió y me agarró de los hombros.

-¿Ahora?- las chicas asistieron y yo inhalé y exhalé varias veces para darme algún tipo de valor.

Por más que supiera que ella lo deseaba tanto como yo me ponía nerviosa el no saber como es que iba a reaccionar; ¿Se iba a desmayar, a sorprender o tener una reacción algo distante?.

Salí del baño con las piernas temblando y me encontré justo a Suzuka llevando una bandeja, parecía tan concentrada en que nada se cayera que no pude evitar sonreír.

-Te preparé unas tostadas y un poco de huevo revuelto- sonrió con suficiencia y ternura.

-No tenías que hacerlo corazón- apreté más la prueba contra mi estómago mientras volvía a la cama, ella todavía no parecía notarlo.

-Bueno nos vamos, no tenemos nada más que hacer aquí- Yui sonrió y se llevó a Kano casi a rastras.

-Qué raras que son- Su negó y se sentó mientras ponía la bandeja sobre mis muslos -¿Te hablaron de algo en particular?- acarició mi pierna.

-Sobre eso- tomé un sorbo de té para darme valor -Hay algo que tengo que mostrarte y decirte-

Asintió y me miró atenta, con el ceño medio fruncido.

-Tus sospechas pues...- saqué la prueba y la puse sobre la bandeja, con el lector hacia arriba -Eran ciertas mi amor, estoy embarazada- sonreí ampliamente.

Suzuka se quedó un momento en silencio, mirándome y luego a la prueba de embarazo repetidas veces con la sonrisa de a poco haciéndose enormemente presente.

-¡Siiiiiiiiii!- gritó de repente y se puso a hacer un baile gracioso, agitando los brazos -Sabía que la conexión era real, que tu cambio de aroma era por el cachorro- corrió la bandeja y me atacó a besos.

Reí contra sus labios y me dejé caer otra vez contra las almohadas. Sus besos bajaron rápidamente a mi abdomen y me levantó la camiseta hasta las costillas.

-Sabía que estabas aquí bebé pero creí que habíamos acordado no enfermar a mamá- besó sobre mi ombligo y yo sonreí.

-¿Ya lo sospechabas?- acaricié su pelo y la miré dando atenciones a mi vientre.

-Pues sí, me faltaba poco para controlar tu menstruación yo misma- sonrió y apoyó el mentón contra mi cadera -¿Atraso de cuanto?-

-Una semana- me puse a recordar mi calendario -Y perdón por haber sido tan testaruda-

-A pesar de que te negabas pues ahora podemos celebrar de que seremos mamás- volvió a repartir besos por mi vientre -¿Estás feliz?- pegó su nariz a mi piel.

-Claro que sí- abrí las piernas para que estuviera cómoda -A pesar de que no me siento muy preparada-

-Lo vamos a manejar con el tiempo cariño, lo haremos bien- subió hasta mi rostro y me dio un beso -Tranquila, no hay nada que no podamos hacer, ser mamás es un paso más en nuestra felicidad, nuestra plenitud como pareja- otro beso.

-Lo ves todo sobre una luz diferente- sonreí y acaricié sus brazos.

-Contigo soy objetiva, trato de no volverme insolente- acarició mi vientre otra vez -Con este bebé deberé serlo más-

-¿No te preocupa que seamos muy jóvenes?- la tiré sobre mí y acaricié su espalda.

-Tenemos dinero de sobra para subsistir de por vida cielo- se rió y besó mi cuello -Por eso no te preocupes, el trabajo será lo de menor preocupación, no le faltará nada ni aunque no tuviéramos una fortuna- otro beso.

Feromonas y heroína (TEMPORADA UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora