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Moa pov:

Pusieron el cuerpo en una mesa metálica sin mucho cuidado y yo hice mueca ante el fuerte olor a sangre que desprendía.

-¿Quieres ir arriba mi amor?- Suzuka se acercó y me abrazó por la cintura -Sé que estas cosas tan fuertes no te gustan-

-Estoy bien, tranquila- acaricié su mejilla y vi como varias partes de su cara empezaban a amoratarse, tenía un corte en la ceja y otro en el labio -¿Te duele?- pasé mi pulgar por sus heridas con cuidado.

-No me duele nada, sus golpes apenas me hicieron cosquillas- sonrió levemente y vi como apenas torcía la boca en una clara señal de dolor tirante.

-Deja de hacerte la dura conmigo- besé su mentón y tomé su mano, empezando a subir las escaleras.

-Ustedes empiecen, en un momento vuelvo- miró a las chicas y me siguió.

Llegamos a la cocina, agarré el botiquín que había cerca e hice que Suzuka se sentara.

-A ver- mojé un algodón en agua oxigenada y empecé a pasarla por su labio.

-¡Ay!- apretó los dientes y en un acto reflejo me agarró la muñeca -Eso arde- hizo puchero. 

-¿No que no te dolía?- sonreí y besé su frente.

-Pero esa cosa arde, no es lo mismo- me soltó y me siguió mirando con ojos de cachorro -No quiero más- hizo más prominente el puchero.

-Tengo que desinfectar cariño- le di otro beso y seguí pasando el algodón con cuidado, esta vez soplando levemente para que no le ardiera.

-Serías una buena mamá- había dejado de quejarse y se quedó quieta, con las manos sobre las rodillas.

-¿Tú crees?- la miré y le puse una crema sobre la herida.

-Ajá- asintió -Eres bastante cuidadosa, atenta y firme, como mamá- sonrió y me abrazó por las caderas.

-A veces curaba a los niños de mi barrio, como no teníamos un hospital decente y tampoco había dinero para uno privado pues fui aprendiendo primeros auxilios de los libros- besé otra vez su frente y pasé a su ceja.

-¿Ves? Tienes madera con los niños, Natsuki te adora- sus manos se movieron a mi vientre.

-Y tú eres una niña muy crecida- reí levemente y sentí sus manos acariciar la zona con amor -¿Qué haces?-

-No sé, siento como una conexión aquí, un sentimiento de protección- levantó levemente mi camiseta y acarició mi piel, provocando un escalofrío y que un calorcito apareciera en mi pecho -No nos cuidamos durante el celo, tu aroma se va sintiendo diferente...- sus palabras se cortaron y dejó un beso por arriba de mi ombligo.

-¿De verdad quieres hijos?- dejé lo que estaba haciendo y apoyé mis manos en sus hombros.

-Claro que sí- asintió y me miró -¿Tú quieres?- sus manos siguieron acariciando mi vientre.

-Eso no se pregunta- sonreí y acaricié su nariz con la mía -Pero cuando te vi tan asustada pensé que no querías...-

-Temía volverme como mi padre, lo que menos quiero es lastimarte y confinarte a una vida horrible a mi lado- suspiró y me abrazó más cerca de ella -Pero mamá me hizo ver que nunca seré como él-

-Tú siempre serás mejor que él- me senté en sus piernas y besé su mejilla.

-Lo sé- sonrió y apoyó el mentón en mi hombro -A parte de que soy mucho más guapa-

Reí y negué con la cabeza, sus ocurrencias eran algo inesperado a veces.

-¿Sería mucho para ti que te embarace tres veces?- soltó de repente y besó mi cuello.

Feromonas y heroína (TEMPORADA UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora