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Suzuka pov:

Todavía no podía creer el que fueran mellizos, dos bendiciones producto del profundo amor que tenía por Moa y que ella tenía por mí. Dejaba besos por todo su vientre, acariciando su piel con delicadeza y embelezo por sobre el pijama.

-Hola niños, sé que no me escuchan y que apenas se están formando pero que sepan que ya los amo- una nueva sucesión de besos -Amo a mamá y los amo a ustedes cachorritos- miré la zona con mucho amor, sintiendo que la fuerza de mi mirada llegaba a ellos.

-Ay Su~chan- Moa acarició mi pelo y pude escuchar su voz temblorosa -Eres tan linda-

-Me ablandaste, acostúmbrate- levanté la mirada y gateé hasta llegar a su rostro -Soy muy melosa- sonreí y la besé con amor.

Ella correspondió sin dudar y disfrutamos del momento, sin prisas ni segundas intenciones, simplemente amándonos. Al separarnos acaricié sus mejillas, besé su nariz y me acosté a su lado, abrazándola contra mi pecho.

-Descansemos, lo necesitamos- besé esta vez su cabeza y acaricié su cintura.

-Dudo poder cerrar los ojos, tanta emoción me tiene muy despierta- Moa sonrió y acarició mi espalda.

-Al menos trata, debes descansar para ganar fuerza y poder afrontar el día- sonreí y acomodé un mechón tras su oreja -Además ya no eres solo tú, los tres deben estar bien, fuertes, sanos y con mucha vitalidad- mi mano fue a parar a su vientre otra vez.

-Bueno- hizo un pequeño puchero que fue besado por mí rápidamente, sonrió y cerró los ojos.

Me dediqué a admirarla un largo rato besando su frente y acariciando su vientre de vez en cuando, disfrutando de escuchar su respiración tranquila contra mi pecho, hasta que yo también caí dormida con una sonrisa.

...

Desperté con menos luz de la que acostumbraba en la habitación, miré el reloj digital y me di cuenta de que eran las seis de la tarde, ¿Tanto habíamos dormido?. Miré a Moa, dormía tranquilamente abrazada a mí, con la paz impresa en la cara y la verdad me daba pena despertarla, pero debíamos levantarnos.

-Despierta mi amor, ya dormimos suficiente- empecé a repartir besos por toda su cara y me aguanté la risa al verla arrugar la nariz quejándose -Vamos bebé, abre los ojitos- dejé un beso esta vez en sus labios.

-Un ratito más- protestó y se abrazó más a mí.

-Son las seis de la tarde amor, hay que abandonar la cama- acaricié su cintura y mi sonrisa creció, se veía tan tierna así.

Gimoteó y, después de un rato, se sentó en la cama con los ojos apenas abiertos.

-Hola bella durmiente- le di otro beso y acaricié sus mejillas -Iré a prepararte algo para comer ¿Si?, de paso te tomas las vitaminas y el ácido fólico-

Ella asintió frotándose los ojos y sin poder resistirme volví a besarla, ya de por sí era tierna todo el tiempo pero apenas despierta o con sueño lo era mucho más.

-Un baño caliente te ayudará a espabilar- acaricié sus mejillas y me levanté de la cama.

-¿Y por qué no te bañas conmigo?- se arrodilló en el colchón y se estiró.

-¿Quieres que me bañe contigo?- sonreí y la miré con ternura y amor.

-Ajá- bostezó y se despeinó -Quiero sentir tu calor sin tanta ropa encima- gateó hasta mí y me abrazó por la cintura, escondiendo su cara en mi abdomen.

-Pues vamos a la ducha antes de que te me vuelvas a dormir- besé su cabeza y, con ella enredada a mí, fui al baño.

Después de regular la temperatura de la ducha, el vapor nos fue envolviendo mientras nos desnudábamos. Entramos juntas y nos quedamos un rato bajo el chorro caliente, Moa cada vez más despierta.

Feromonas y heroína (TEMPORADA UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora