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Moa pov:

Seguramente me terminaría arrepintiendo de lo que iba a hacer, pero la verdad ya no me importaba, Suzuka terminaría en mis redes y sería mía...

-Moa...- Suzuka se seguía retorciendo, no me dejaba hacer nada la muy escurridiza.

-Deja de moverte- la aprisioné con mis piernas fuertemente, haciendo que su erección se apretara más contra mi mojado y palpitante sexo, solté un gemido por ello.

-Así que la gatita está sacando las garras, me gusta eso- acarició mis piernas con sensualidad, arañando mi carne de vez en cuando, lo que me hizo temblar.

-¿No que yo tomaría el control?- sonreí, le amarré las manos con la bufanda fuertemente y la até al cabezal de la cama -Ahora sí me voy a divertir-

-Después seré yo quien te coja bien duro, que lo sepas Kikuchi- sonrió y mordió su labio inferior.

-Lo que la Alfa diga- le guiñé el ojo y le arranqué la camiseta, dejándola únicamente con el sostén, me deleité con la vista de su abdomen marcado, los músculos tensos y fuertes de sus brazos -Y todo esto es mío, ¿A que sí Su~chan?- acaricié con mi dedo la extensión de su abdomen hasta llegar a la cintura del pantalón y volví a subir hasta llegar a sus costillas.

-Deja de llamarme así, me calienta más- su cara roja, sus labios entreabiertos, su piel erizada y su respiración agitada eran un espectáculo muy sensual.

-¿Te calienta que te diga Su~chan?- sonreí y le quité el pantalón, tirándolo a alguna parte de la habitación, sus boxers estaban húmedos, además del enorme bulto que ya sobresalía de la tela -Pero mira lo que tenemos aquí y apenas fueron unos cuantos besos y toques-

-Es por tu culpa- dijo con los dientes apretados -Tú me provocas fácilmente Kikuchi-

-Entonces eso significa que estoy haciendo un buen trabajo- le guiñé el ojo y le quité el boxer, rebotando su enorme erección contra mi cara -Carajo Suzuka, ¿Como guardas tremenda cosa en el pantalón?-

-¿Tienes que hacer esas preguntas ahora?- se puso más roja y evitó mirarme.

-Solo es curiosidad Nakamoto- me reí y subí hasta su cara -Además, habrá que ver si entra en su totalidad, ¿No crees?, después de todo la primera vez no fue muy bien- la besé una vez más y tiré de su labio inferior.

-Te odio- dijo contra mis labios.

-Pero se ve que mis toques te gustan- le guiñé el ojo y le palmeé la mejilla -Ahora, a tapar esa boquita, ¿O acaso debería dejar que las chicas escuchen a su líder siendo sometida?-

Corté un buen pedazo de su ya rota camiseta y la amordacé, besé una vez más sus labios y bajé hasta ponerme entre sus piernas.

-Disfruta Su~chan- me reí, le guiñé el ojo y me metí la punta en la boca, bajando lentamente mientras mi lengua se enroscaba y lamía cada centímetro. Suzuka soltó un jadeo y sus piernas estuvieron a punto de aprisionarme la cabeza, pero la agarré de las rodillas y la mantuve así, abierta de piernas y sin posibilidad de hacer nada.

Suzuka trataba de gesticular, pero por la tela no podía, así que salían ruiditos, gemidos, lloriqueos.

Seguí con mi trabajo, sintiendo la punta golpear mi campanilla y la saliva cayendo al colchón; Suzuka eyaculó en mi boca con fuerza, como una manguera de bomberos liberando el chorro de agua para apagar un incendio, se retorció cuanto le fue permitido con mi agarre y las ataduras, cayó rendida con la cara roja, los ojos desorbitados de placer, la mordaza completamente oscurecida por la saliva.

Tragué todo lo que tenía en la boca, limpiando el semen que se había chorreado por mi barbilla y cuello con las sábanas.

-Toma aire Suzuka, porque esto aún no ha terminado- sonreí y le quité la tela de la boca.

Feromonas y heroína (TEMPORADA UNO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora