Feromonas y heroína (TEMPORADA UNO)

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Suzuka pov:

¿Tener hijos con Moa? El mundo se había vuelto loco, las chicas también; con las putas que estuve antes nunca usé condón y ninguna hasta ahora me vino con que tengo un hijo bastardo por ahí, así que ¿Por qué con Moa mi semen formaría vida?.

Yo no tenía en visión a futuro tener hijos, mucho menos ahora, ¿No dicen que los hijos son la copia de los padres?, ¿Seré una mierda igual que mi padre, Moa pasará a ser una sumisa igual que mamá, los cachorros sufrirán el mismo maltrato psicológico y físico que yo, serán abusados?... Sacudí la cabeza, no valía la pena darle vueltas al asunto ahora, tenía dos semanas para hacerme una idea de lo que sucedería y sería de mi vida.

-Ustedes terminen todo- dije como en un susurro, Momoko y Riho me miraron confundidas y después entre ellas -Iré al estudio un momento, no quiero que me interrumpan-

-Su~chan...- Moa me agarró de la mano, tenía semblante preocupado.

-Quiero estar sola Moa- me solté y dejé un beso en su frente.

Fui al estudio y me apoyé en la puerta, suspiré y me pasé las manos por la cara, ¿Por qué tenía que pasar esto justo ahora?, ¿Qué pasará con la venganza, mi plan?.

-Maldición...- me tiré en mi silla, saqué la botella de whisky junto al vaso -¿Por qué, por qué?- me pegué con el puño en la frente.

Tomé tres vasos seguidos y me quedé mirando el líquido ambarino que aún quedaba en la botella.

-Cielo- mamá entró en el estudio sin tocar -¿Qué pasó ahí afuera hace un momento?-

-Dije que quería estar sola mamá- dije sin ánimos y me serví un cuarto vaso, me lo tomé de golpe con una mueca.

-Soy tu madre, no puedes prohibirme la entrada- se sentó frente a mí -Te vuelvo a preguntar jovencita, ¿Qué pasó ahí afuera?-

-No sé...- suspiré e hice girar el vaso entre mis manos -¿Y sí no estoy lo suficientemente preparada para ser madre?-

-Nadie lo está cariño, cuando quedé embarazada de Yuri te juro que tenía el mismo temor con tu padre- me agarró la muñeca y le dio un apretón -Kano y Momoko estuvieron igual ¿Recuerdas?-

-Pero esta vez es diferente- la miré frustrada -Sus vidas no son un asco, la mía sí mamá-

-¿Y has pensado en lo que quiere Moa?- volvió a darme otro apretón -¿Lo han hablado en algún momento?-

-Sí, es su sueño- mordí mi labio inferior -Y yo también quiero pero... ¿Qué será de ella y el cachorro si termino siendo igual a papá?- la miré triste.

-¿A eso le tienes miedo mi amor, a ser igual a tu padre?- frunció el ceño y asentí, se levantó y me abrazó -Ay Su, eso no pasará-

La abracé y escondí mi cara en su cadera, su aroma a lavanda impregnando mis fosas nasales.

-¿Como estás tan segura?- mis ojos ardían por aguantarme las lágrimas.

-Porque tú eres mejor que él cariño, mucho mejor- besó mi cabeza con amor -Y no lo digo nada más por ser tu madre, es la verdad; tienes un gran corazón, piensas en la seguridad y bienestar de los demás, te enfocas más en ellos que en ti, incluso te sobrecargas de trabajo solo para que los otros no se estresen-

-Eso es porque algunos son inútiles- solté por lo bajo y mamá soltó la carcajada.

-Serán inútiles pero al fin y al cabo tú los ayudas cielo- acarició mi espalda y yo empecé a calmarme.

-Supongo que tienes razón- hice puchero y me alejé de ella -Pero eso no quita que tenga miedo por lo que sea de mi personalidad siendo madre-

-No todos los bebés son iguales Su- sonrió y se volvió a sentar.