Feromonas y heroína (TEMPORADA UNO)

28

Moa pov:

-Para mí va a salir algo mal- dije mientras me terminaba de abotonar la camisa.

-Deja de protestar, cierra ojos y boca- Riho agitó la lata y empezó a rociar el spray sobre mí -Ahora eres Mon, no Moa, una repartidora, así que métete en el papel-

-Me cago en el cambio de nombre- me crucé de brazos y moví la pierna nerviosa.

-No pude pensar en uno mejor ¿Ok?- me acomodó la gorra sobre los ojos -Aprecia que pensé en ti para el plan, aún eres una virgen en todo esto y mereces tener acción en el campo, así que agradece- me palmeó la mejilla.

-¿Pues gracias?- levanté una ceja.

-De nada- sonrió y se alejó de mí -Te ves convincente- me miró de arriba abajo.

-¿Ya estamos entonces?- Yui bajó con una caja -Ya está la bomba-

-¿Una bomba?- la miré confundida -¿No iba a ser la cabeza?-

-Tiene adentro una bomba- se encogió de hombros -Así lo pidió Suzuka-

-¿Por qué pediste algo así?- miré a mi novia.

-Será un tipo de aviso- Suzuka se encogió de hombros -Matamos a la imbécil de su espía y le damos una probada de lo que podemos hacer-

-Cuando estemos a unos cinco metros la haré explotar con este control- Yui mostró el aparato -Causará un daño considerable-

-No me gusta- negué con vehemencia -No, no, no lo haré-

-¿Por qué no?- Kano frunció el ceño -¿Qué pasa?-

-Los asesinatos que causé fueron un accidente, no estoy lista para realmente matar- seguí negando y empecé a hiperventilar.

-Moa, mi amor, tranquila- Suzuka me agarró de los hombros y me obligó a mirarla -Tranquila, no confío en nadie más para hacer esto que en las chicas y en ti, indirectamente no serás tú porque será Yui quien accione la bomba-

-Pero seré yo quien la entregue y me podría reconocer- sentí mi labio inferior temblar.

-¿No dijiste que tú me protegerías ahora?- besó mi frente con amor -¿Que te di armas para ayudarme a mí?-

Respiré hondo y contuve el aire un momento, sintiendo mi corazón martillear contra mi esternón.

-Tienes razón- suspiré y puse mis manos sobre las suyas -¿Cómo me escuchaste?-

-Me mantuve despierta sintiendo el calor de tu pecho, no quería perderme ningún latido de tu corazón- sonrió y acarició mis mejillas -Así que escuché tus lindas palabras, no puedes echarte para atrás ahora-

Suspiré y cerré los ojos un momento, tenía razón...

-Lo haré lo mejor que pueda- sonreí levemente y besé sus manos.

-Esa es la actitud- me dio un beso y me soltó -Me la cuidan- miró a las chicas.

-No le pasará nada, tú tranquila- Momoko sonrió -Tenemos un arsenal atrás si la cosa se pone seria- señaló la camioneta ya camuflada con el logo de la empresa.

-Vámonos perras, yo conduzco- Riho agitó las llaves y yo la seguí tragando con dificultad por los nervios.

Nos subimos a la camioneta y nos quedamos en silencio la mayor parte del viaje.

-Cada vez que veo esa horrenda mansión me entran escalofríos- dije mirando como la mansión cada vez se hacía más imponente.

-No eres la única- Riho se puso seria y se acomodó los lentes oscuros -Tiene una vibra muy mala-