Sabes, no pido nada más
Que estar entre tus brazosNuevamente la Selección Argentina mantenía el invicto gracias a Julián y Lionel que dieron la victoria contra Jamaica, en la ciudad de Nueva Jersey. Otro partido al que no había podido asistir.
Por primera vez en mucho tiempo estaba tomando las riendas de mi profesión. Había pasado los últimos días con Dylan ultimando detalles de algunos contratos, cosa que no había sido de agrado para algunos jugadores. Pero también me servía para no quedarme mucho tiempo en una misma ciudad, sabiendo que James podía estar buscándome.
Me pareció raro el hecho de que no insistiera con los mensajes. Tampoco le respondí en ningún momento. ¿Que podría salir bien de una charla o encuentro nuestro? Nada.
Si bien no estaba en mis planes, en estos momentos me estaba dirigiendo nuevamente a Miami luego de haber recibido un mensaje de Rodrigo pidiendo por favor que volviera porque tenía una emergencia y me necesitaba con él.
Bastante cuestionable el concepto que tiene a veces de emergencia. Pero como no sé decir que no, le termino haciendo caso.
Cuando llego a la ubicación que me pasó por mensaje, puedo notar que es otro hotel al que usaron para hospedarse en el partido anterior. En la entrada me recibe Caro y Oriana, ambas sonrientes. Me entregan la llave de mi habitación y me dicen que me esperan en el patio con el resto de los chicos.
Algo que me parece un poco raro es la poca gente que hay por los pasillos, para no decir que no he visto a absolutamente nadie. Sólo él personal que trabaja acá.
Cuando ya estoy cambiada con prendas más cómodas, me dirijo hacia donde me informaron las chicas. Al llegar al patio puedo ver como todos están sentados con sus respectivas parejas. Caro con Nico en un pequeño sillón, Ori con Paulo sentados como indiecitos en el pasto y Rodri con Marti, al igual que la primer pareja, en otro sillón. Decido sentarme en el piso, en la misma posición que Dybala y su novia.
Miro a mi alrededor, algo no me cuadra.
—Che ¿Y el resto?— Le pregunto a Ori en tono bajo.
—¿Que resto? Somos sólo nosotros en el hotel.
—Ya sé.— Respondo obvia, sabiendo que suelen reservar el hotel para mayor privacidad. —Pero el resto de la selección digo.
Me mira confundida, como si no entendiera lo que digo. En ese momento dirijo mi mirada hacia Rodri que parece haber estado atento a nuestra conversación. Me sonríe pero noto que algo está tramando y lo confirmo cuando se levanta para dejar en mis manos el paquete de caramelos que me había prometido.
—Lo vas a necesitar.— Me susurra al oído para que solo yo pueda escucharlo y luego vuelve a su lugar.
Sigo un poco perdida, sin entender que pasa, hasta que veo las historias que los chicos han publicado en Instagram. Algunos volviendo a Argentina y otros a sus respectivos clubes. Y es ahí cuando caigo. Estos me engañaron para quedarme con ellos en unas mini vacaciones ya que no tienen que cumplir con ninguna obligación por ahora. Voy a ser el mal tercio de TRES parejas.
Se hace la hora del almuerzo, pero cuando me levanto para dirigirme a la mesa que prepararon a unos metros nuestro, siento como alguien toma de mi muñeca.
—¿Has hablado con Cami ultimamente?
—La verdad que no Ro. Se alejó bastante cuando le conté lo que pasó con James. Dejó de hablarme de un día para el otro.—Noto como suspira.
—A mi no me responde los mensajes. Quiero que los chicos vayan a Qatar a verme y estar conmigo.
Me parte el alma verlo así por sus hijos. No le veo el sentido a lo que hace Camila. Sigue sin poder separar como fue él como pareja a cómo es en su rol de padre. Rodrigo se desvive por esas criaturas y soy testigo de lo que sufren los menores cuando no pueden verlo.