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Perdón
Por pensar cosas que no son
Es que antes de ti me volvieron mierda el corazón
Por eso te pido perdón
Nada de esto es culpa tuya

La noche no había terminado como me esperaba. No me arrepentía de nada, ¿cómo podría hacerlo?. Pero si me replanteaba lo descuidada que había sido para terminar cogiendo en un pasillo debido a la calentura del momento. Lo único que rondaba en mi cabeza era la imágen de una persona abandonando el lugar a lo lejos, apurado. Pero para que mentir, lo que más se reproducía en mi mente eran los orgasmos que el jugador me había dado.

El sol ya daba de lleno en la habitación en la que me encontraba. Mi estóma gruñe por el hambre. No recuerdo cuando fue la última vez que ingerí una comida como se debe. Comienzo a desperezarme para poder arrancar el día. Hagos mis rutinas y me cambio con ropa de entre casa que había traído. Camino por el mismo pasillo de anoche y una sonrisa se dibuja en mi rostro. Bajo las escaleras apurada y cuando noto que no hay nadie en la cocino miro por el ventanal hacia el exterior. Rodrigo y Martina estan desayunando, tirados en un sillón.

―Buenos días.― Saludo mientras me siento.

―Hola reina. ¿Cómo dormiste?

― Muy bien por suerte. Gracias por dejarme quedar.

 ―Nada que agradecer. Ya no queda nada para que volvamos a Europa y no se cuando nos volveremos a ver.― La sonrisa triste de Rodri me conmueve un poco. Recién comenzaba octubre y ellos volverían a Argentina a retomar los entrenamientos a mediados de Noviembre.

Me acomodo en el sillón recibiendo el mate que me ofrecen. Escucho como hablan sobre la fiesta y todo lo que pasó. En un momento noto como comparten una mirada cómplice y Martina niega con la cabeza. En eso, siento como mi celular vibra.

Whatsapp - Lean 5️⃣💫

Buenos días desaparecida. Almorzamos juntos?

Buenos días caradura. Dale! 

Donde?

Venite a casa en un rato y te cocino algo

―Rodrigo no.― El tono de voz de Tini sale autoritario, haciendo que desvie mi atención hacia ellos.

―¿Que pasó?.― Pregunto sin entender.

―Lo que pasa querida Isa, es que vimos las cámaras.― Lo miro confundida. No sé a que viene esto.― Vos sabés que tengo las cámaras en toda la casa ¿no?

―Si. ¿Que tiene?

―Que también están en el pasillo gorda.― Completa la explicación Tini.

Tardo unos segundos en entender lo que dicen y cuando caigo abro los ojos como plato, tapando mi boca con la palma de mi mano. Vieron todo lo que pasó y mis cachetes se ponen rojos como un tomate. Ambos sueltan una carcajada, aliviando mis nervios.

―Ahora entiendo porque dormiste tan bien anoche. Disfrutaste como una campeona.

―Perdón.― Es lo único que me sale decir. Rodrigo niega divertido pero luego se pone un poco más serio.

―No pasa nada. Pero fijate lo que haces. No confundas ni te confundas.

―Ya sé, ya sé.― Mi celular vuelve a sonar.― Me tengo que ir.

Quedate - Leandro Paredes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora