22

544 38 59
                                    

Dejamos que las flores se marchiten
Renglones del cuento se modifiquen
Nada resultó como yo esperaba

Rodrigo De Paul

Los días posteriores al reencuentro con Isa no habían sido mucho mejor. En mi presencia trataba de disimular su tristeza, pero cuando no notaba mi cercanía, podía verla o escuchar su llanto en silencio. Estoy tratando de darle su espacio y no sofocarla porque no es momento. Tengo dudas de lo que realmente pasó porque parecía estar todo bien, pero no voy a preguntar. Por lo menos hasta que ella esté preparada o quiera hablar con alguien.

Quise convencerla de invitar a alguien, alguna de las chicas por lo menos pero no aceptó ni que Anto viniera un rato a verla. Sólo un día con mucha insistencia pude traer a mis hijos. En presencia de ellos, se la vio como nueva. Hacía mucho tiempo que no jugaba y pasaban tiempo juntos. Se nota que es buena actriz. Lo que más me preocupa era su estado físico, me estaba costando demasiado hacer que comiera. Necesitaba que se recuperara un poco por lo menos ya que debía volver a España y no quería dejarla sola.

Sabía que estaba poniéndole todas las ganas del mundo para no terminar de derrumbarse. Me sorprende ver lo afectada que está con esta situación y con Leandro. Al parecer quería ir despacio, pero los sentimientos le jugaron en contra, a ambos diría yo. Ni en su peor momento con el infeliz de James la vi así, supongo que tampoco era tanto el amor que había ahí como para que él terminará de destruirla y eso en cierto punto es peor. Saber que Leandro si podía lograr eso era aterrador, más cuando sos amigo de ambos y no sabes que mierda hacer para evitarlo sin meterte en temas de parejas o intento de una.

Hoy había traído algo de refuerzo, ya sea en comida y en compañía. Han pasado muchos días y creía necesario que Isa interactuara con alguien más a parte de mí. Emiliano accedió a acompañarme, es buena opción para levantar el ánimo y para dar un consejo cuando más lo necesitas.
Cuando nos estamos bajando del auto que dejo estacionado en la vereda de en frente, veo como a pocos metros Leandro baja del suyo y se acerca a mí, con la cabeza baja. Hoy no estoy para aguantarlo ni a él ni a su estupidez.

― ¿Que hacés acá?

―Quería saber cómo estaba.

―Andate Leandro, no es momento.

―Dale hermano ― La cara de pelotudo que pone no me conmueve. ― ¿Podrías darle esto por lo menos?

Me extiende un ramos de tulipanes, sabiendo que es su flor favorita y dudo en aceptarlo.

―No le voy a decir que es de tu parte. No quiero que se ponga peor. ― Agarro el ramo y suspiro. ― No sé qué mierda pasó y tampoco me interesa, pero a vos te veo bastante bien asique mi prioridad es ella ahora. Te pido que te vayas.

No se opone ante mis palabras, solo asiente y se gira para volver a subirse a su auto y marcharse. Cuando vuelvo al lado de Emiliano, lo noto muy serio, mirando hacia el edificio. Sigo con mis ojos para ver porque tiene esa expresión y mi sangre comienza a hervir en segundos.

― ¿Ese no es James?

✦ ˚ * ✦ * ˚ ✦

Narrador Omnisciente

Toda la situación que sucedía fuera de su departamento era completamente ajena a Isabella, quien se encontraba dentro de todo tranquila creyendo que hoy estaría sola por primera vez en días. Había comenzado a ingerir algo de alimento por insistencia de su amigo, como ahora que estaba preparándose algo para el desayuno. Más que nada para poder tomar un remedio ya que su cabeza explotaba debido al dolor y no era recomendable con el estómago vacío.

Quedate - Leandro Paredes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora