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Because of you
I learned to play on the safe side so I don't get hurt
Because of you
I find it hard to trust not only me, but everyone around me
Because of you
I am afraid

📍Mayo 2021, Grecia
3 semanas antes de la Copa América


La relación con James venía rara hace un tiempo ya. Bueno, más rara de lo normal. Si no estaba en el club, se la pasaba con amigos y el poco tiempo en casa lo usábamos para discutir.
Con todo el tema de la pandemia, mi trabajo estaba frenado, pero él había empezado a retomar sus actividades casi con normalidad.

Mi vida en cambio, estaba en stand by. Dejar el trabajo obligadamente, estar en una casa sola o con alguien que no mostraba ningún tipo de interés, a no ser por el sexual de vez en cuando, y a eso sumarle los pocos meses que habían pasado desde el fallecimiento de mi madre. Todas estas cosas, sumadas entre sí, me estaban consumiendo. Me sentía ahogada.

Termino de peinarme y acomodarme el short del pijama después de haberme bañado cuando escucho ruido en el piso de abajo, seguro sea James que vuelve del club o de algún otro lado. Ya no recuerdo cual fue la excusa que puso hoy para irse desde la mañana temprano y volver después de las nueve de la noche.

Sus pasos se oyen a medida que sube las escaleras y trato de no mirarlo cuando ingresa a la habitación, disimulando mientras ordeno un par de cosas. Se posiciona detrás mío, colocando sus manos en mi cintura. Parece estar de buen humor y lo confirmo cuando me gira para quedar enfrentados y me besa. Por lo menos esta vez no tiene el perfume de ninguna mujer y tampoco hay rastros de alcohol.

Volver a sentir sus labios después de tanto tiempo es raro. Aún se nota como conoce mi cuerpo y yo el suyo, pero falta algo. Lo nuestro ya es sólo cotidiano, no hay chispa, no hay afecto en los actos, no hay ni siquiera amistad. Hay ausencia de amor y lo que más me asombra es que esa falta también está de mi parte. Y si ya no existe eso, ¿porqué sigo acá?

Tener sus manos en mi cintura hacen que mi piel arda, pero como señal de algo que se siente mal, incorrecto. Sus besos son brusco, normal en él, pero es algo que ya no me gusta. No tengo el valor de rechazarlo ni de pedirle que sus movimientos sean más delicados porque aunque no quiera, lo extraño y prefiero tenerlo así a no tenerlo. Sus dedos se meten por debajo de la remera de seda del pijama y hace que eleve los brazo para poder sacarla. Hace lo mismo con el short y la ropa interior.

Aprovecho que hoy me deja acariciarlo más de lo que le gusta y beso su cuello mientras trato de ser yo quien saque su ropa ahora.
Cuando por fin ambos estamos desnudos, me guía para que quede acostada en la cama. Estoy a punto de recordarle que use protección, en especial en esta época del mes donde las probabilidades son más altas pero coloca su mano en mi boca antes de que pueda hablar. Siento como pasa la punta de su glande por mi intimidad para luego introducirse en un sólo movimiento.

Al principio me incomoda muchísimo. No hay ningún tipo de previa, de preparación o un mínimo estímulo. La mayoría de las veces suele ser prioridad su propio placer y está vez no es la excepción. Tengo la suerte de que no tarda mucho en llegar a su orgasmo, siendo sus últimos movimientos algo brusco. Al salir por fin de arriba mío y quedarse dormido casi al instante, me levanto de la cama para agarrar mi ropa y dirigirme al baño.

Cuando termino con todo, tengo la mala idea de mirarme al espejo. La imagen que veo me genera asco, rechazo. No me reconozco y me asusta. ¿Porqué sigo aguantando? Una pequeña lágrima cae por mi mejilla pero la seco rapido. Respiro hondo y salgo del baño para volver a acostarme al lado de la persona que creí que era el amor de mi vida pero con un sentimiento de angustia bastante grande.

Quedate - Leandro Paredes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora